La fatiga del cuidador I

Cuidadores primarios son personas que mantiene el contacto humano más estrecho con un paciente incapacitado o enfermo. Su principal función es satisfacer diariamente las necesidades físicas y emocionales del paciente, le mantiene vinculado con la sociedad y lo provee de afecto. Su trabajo adquiere una gran relevancia para las personas que rodean al enfermo conforme progresa la enfermedad, puesto que además de brindarle atención directa al paciente, adquiere un papel importante en el mantenimiento y cohesión de la familia.

Cuando mamá enfermó, dice, me di cuenta que alguien de su edad no puede ya vivir sola; y como en ese momento yo no tenía trabajo o ningún otro compromiso al que dedicarme, me pareció que los más oportuno era mudarme con ella para cuidarla y que tuviera una compañía. A mis hermanos les pareció buena idea también, y quedamos en que me iban a pasar un dinerito cada mes para comprar las medicinas de ella y yo tuviera un apoyo económico.

Así comienza esta historia cuando la vejez llega a la familia, a veces acompañada de enfermedades crónicas u otras circunstancias que merman la calidad de vida y autonomía del adulto que al ser ya mayor, se vuelve vulnerable para hacer frente a los quehaceres más cotidianos de su vida. Pagar una enfermera o enfermero de planta que le brinde los cuidados que papá o mamá necesitan es algo que pocas familias pueden permitirse, y cuando no es uno, sino ambos padres quienes requieren de esta atención, la inversión financiera constituye un sacrificio real.


El rompecabezas de la pareja

Imagina que por azares del destino, necesitas armar un rompecabezas de 5,000 piezas; o de cualquiera de esos que te tardas en resolver poquito más de una semana. Supongamos que por alguna extraña razón, repartieran las piezas de una forma en que tú te quedaste con la mitad y alguien de tu entera confianza recibió la otra mitad. Este es un trabajo en equipo, evidentemente.

Estamos entonces, en el entendido de que deberás reunirte con la otra persona para cumplir el reto: ambos, cada cual con la mitad de las piezas del rompecabezas, van a colaborar hasta el final y por partes iguales. Sin embargo, ¿sabes lo que sucede recurrentemente en el contexto de este experimento hipotético?, que cada uno de los participantes del juego se retira a un rincón aislado e individualmente busca terminar el rompecabezas completo con solamente la mitad de las piezas.

Evidentemente no se trata de si se es el armador de rompecabezas número uno mundial o la persona más inteligente de todos los tiempos; en cualquiera de los casos se está condenado a fracasar porque este juego es un reto colaborativo.