Mujeres de éxito... y solteras

En la sociedad que tenemos hoy, es difícil encontrar una persona, hombre o mujer, que no quiera el éxito. Pareciera que ese es especialmente un elemento del proyecto de vida de cualquiera que viva en una de estas ciudades masivas repletas de gente, retos, actividades y posibilidades. Pero, ¿bajo qué criterio defines el éxito?

Cabe más preguntar cuál es el criterio que determina tu propio éxito. Para mi abuela, por ejemplo, el éxito era ver a sus hijos casados y con sus respectivos hijos; para algunos de mis amigos, el éxito implica tener la libertad que una buena posición económica les puede proveer. Hay quienes buscan la madurez personal para considerarse exitosos, mientras hay los o las que lo exitoso les va en el camino de la buena economía o una determinada posición social; todo depende de cómo hemos vivido y qué hemos aprendido acerca del éxito a partir de nuestras experiencias.

Lo cierto es que hay una definición generalizada de éxito que la sociedad pone a nuestra disposición como un machote sobre el cual elaboramos nuestras definiciones personales, mucho más específicas y adecuadas a nuestra circunstancia (cualquiera que esta sea); por eso hace treinta años el éxito estribaba en formar una familia que le diera hijos a la sociedad; hoy no son muchas las personas que hacen esta apuesta para su futuro. Aparentemente en este nuevo siglo nos hemos volcado más hacia nosotros mismos y pensamos antes que nada en qué queremos hacer de nuestra vida para uno mismo o una misma, en lugar de pensar en el modo de darle un sentido a nuestras metas a futuro a través de lo que pudiéramos hacer por los demás.