La felicidad eudaimónica

La felicidad es una sola moneda con dos caras que le dan equilibrio; en la práctica, ninguna de esas caras es más importante que la otra, y ambas son necesarias para consolidar el bienestar emocional.

Una cara es el hedonismo, o lo que es lo mismo, la conciencia presente de que hoy tienes ya, en este momento, todo lo necesario para ser feliz.

Al hedonismo no le preocupa invitarte a hacer lo que amas, sino a que ames lo que haces.

La otra cara de la moneda es la eudaimonía, o bien, tu compromiso contigo de alcanzar tu máximo potencial. Esta premisa que la Psicología Positiva tomó de la Filosofía Estoica, se basa en que a toda persona le produce bienestar percibir su propio desarrollo.

A la eudaimonía si le interesa invitarte a hacer lo que más amas, asumiéndote responsable de colocar tu desempeño donde encuentre mejores desafíos.

Y es que en la eudaimonía colinda el estrés saludable con la felicidad, siendo uno el camino para la otra. Para ser felices, se dice, es necesario trabajar en ampliar nuestras competencias, las áreas de experiencia que dominamos y con todo eso, nuestro sentido de auto - eficiencia; es decir: esforzarte.

¿Cuándo fue la última vez que te esforzaste por un proyecto completamente tuyo?

Nos hace felices sentir que somos personas en movimiento, productivas, que cada día alcanzan una versión mejor de si. Contrariamente, sentirnos estancados o e retroceso, nos lleva a una progresiva infelicidad. ¿Te suena familiar?

Por eso, déjame compartirte 7 maneras de construir eudaimonía, mayoritariamente extraídas de la Filosofía Estoica:

  • Cultiva tus virtudes: si bien las religiones ya promueven una “vida virtuosa”, para los estoicos se trataba de tener coherencia con algo que es aún más trascendente que los mismos valores; para la Psicología Positiva, son 6: Sabiduría, Humanidad, Justicia, Coraje, Templanza y Espiritualidad.
  • Metas: consiste en la consecución de objetivos relevantes para nuestros (propios) valores personales: metas que demandan un esfuerzo sostenido a largo plazo, que desafían tus habilidades y que a cambio te devuelven una sensación de autoconfianza, certidumbre y satisfacción vital.
  • Resiliencia: sucede cuando una persona supera una circunstancia desafiante o adversa y sale fortalecida. Piensa en las veces en que has perdido tu empleo, padecido una enfermedad o etcétera, y tu subsecuente conciencia de que has logrado superar esas adversidades, inclusive con cierto grado de crecimiento emocional y psicológico.
  • Auto - realización: Nuevamente, se trata de plantearte metas relevantes que impliquen un desafío para tus habilidades, pero en este caso, esas metas tienen que ver con la imagen que quieres construir de ti misma o de ti mismo: tu mejor versión, según la expectativa que has idealizado de ti.
  • Propósito: ¿sabes que sentido le darás a esta vida de la que ahora disfrutas? El propósito es una meta trascendente que va más allá de ti y que probablemente jamás culmines, pero que orienta tus elecciones cotidianas en una misma dirección, y cada avance te retribuye en eudaimonía. Cada quien tiene un propósito o misión personal: defender a los perritos, proteger los bosques, ver por los niños de la calle y un interminable etcétera.
  • Compromiso con tu excelencia: consiste básicamente en el justo involucramiento con aquello que te interesa para lograr la más alta calidad en el cumplimiento de tus propios estándares. La evaluación la haces tú, y es a ti a quien tienes que satisfacer con este nivel de eficiencia.
  • Responsabilidades: son esos compromisos que asumes para contribuir con el bienestar de determinadas personas, grupos o circunstancias, que alimentan tu sentido de pertenencia y te dan la posibilidad de devolver a tu entorno parte de las riquezas simbólicas o materiales que has recibido.

Como puedes observar, la eudaimonía surge del modo en que gestionas tu vida, involucrando un nivel de estrés positivo (eustrés) al afrontar los desafíos que elijas para ti, sumando esfuerzo y, si bien este texto no la menciona del todo, también creatividad. Una de las razones por las cuales las personas no solemos cultivar esta dimensión de la felicidad, reside en que eludimos los desafíos, o carecemos de gente a nuestro alrededor que nos motive a ir más allá de la comodidad. .

Pero déjame concluir estas líneas con una sola frase: las personas cómodas, difícilmente consolidan su felicidad.

Tu elige...

No hay comentarios.:

Me interesa conocer tu opinión, escríbela y te responderé en breve: