“...y entonces, su mamá advirtió a Caperucita: toma el camino largo y no te detengas para que llegues antes de oscurecer, evita el camino corto porque ahí acecha el lobo feroz, y si te encuentra te va a comer y no volveremos a verte…”I.
De manera muy desenfadada podríamos hablar de dos momentos históricos para los cuentos de hadas: uno marcado por la creatividad de Charles Perrault y los hermanos Grimm, y otro que se define por la narrativa moderna de Walt Disney.
En el primer momento, los cuentos para niños estaban plagados de escenas de horror, muerte y sangre al más puro estilo de Quentin Tarantino; y posteriormente ya no, gracias al toque de Disney. A los niños de la actualidad les horrorizaría saber que en un principio la sirenita no solo pierde su voz, sino que el príncipe nunca la pela y ella termina sola y disolviéndose en espuma sobre las olas del mar.