Para que este juego de adivinanzas no se vuelva un laberinto, déjame contarte cuál es el mecanismo a través del que se van levantando estas divisiones; prácticamente como muros fronterizos que separan familias, romances, amistades, alianzas y un interminable etcétera. Empecemos por conocerlas por lo que son: brechas.
Nos son familiares, por ejemplo, brechas como la de género. Con eso de que los hombres son de Marte y las mujeres de Venus, ambas ¿razas? jamás van a poder entenderse plenamente. Es una suerte de fatalidad para las personas que buscan edificar un proyecto de pareja heterosexual: "compartirás tu vida con una pareja que te acompañará en cada aventura y en cada solaz, pero que nunca será capaz de entenderte plenamente porque es del sexo ¿opuesto? al tuyo". Y ya, no queda más que resignarse, así es la vida.