Las emociones ...qué susto!!

Pocas cosas forman tanta parte de la vida y nos inspiran simultáneamente tanto miedo como las emociones. La otra vez escuché a un científico afirmar que ojalá el conocimiento médico nos alcance un día para diseñar unas píldoras con las que pudiéramos regular nuestras emociones. Así solemos verlas: como una amenaza.

Por eso no es raro que muchos dediquemos una gran energía a censurar lo que sentimos, a despersonalizar nuestras emociones o a evadir el efecto que nuestras experiencias causan al interior de nosotros. ¿En que medida se puede hacer esto?, ¿de veras podemos hacer a un lado las emociones? 

Antes de responder, imagina cómo sería el ser humano que finalmente lo lograra. Sin emociones, esa persona permanecería impávida ante cualquier eventualidad, nada le espantaría, entristecería o perturbaría. Sin alegría, sin curiosidad. Hay estados emocionales que no ubicamos como tales, pero efectivamente lo son, como la confianza, el sentido de pertenencia o los celos, y ni que decir del amor, el cariño o la simpatía.