miércoles, 18 de julio de 2018

Atención¡!

Mi abuela decía que recordar es volver a vivir, y no cabe duda de la verdad que hay en esa afirmación… por eso hoy en día la industria de la nostalgia es tan tremendamente rentable.

Y es que esto de la memoria es una cosa muy curiosa que a muchas personas les preocupa, porque sentimos que es un indicador de que vamos envejeciendo. Pero no es tan exactamente casi, por ejemplo, si eres de esas personas que afirman tener problemas para recordar eventos, datos o rostros, estoy casi seguro de que tu problema no es de memoria, sino de atención.

Dime tu. En estos tiempos ruidosos, nuestros sentidos son tan abrumadoramente bombardeados por tantos estímulos olfativos, sociales, visuales y auditivos, que hacen virtualmente imposible concentrarse en algo específico.

Atención¡!

Mi abuela decía que recordar es volver a vivir, y no cabe duda de la verdad que hay en esa afirmación... por eso hoy en día la industria de la nostalgia es tan tremendamente rentable.

Y es que esto de la memoria es una cosa muy curiosa que a muchas personas les preocupa, porque sentimos que es un indicador de que vamos envejeciendo. Pero no es tan exactamente casi, por ejemplo, si eres de esas personas que afirman tener problemas para recordar eventos, datos o rostros, estoy casi seguro de que tu problema no es de memoria, sino de atención.

Dime tu. En estos tiempos ruidosos, nuestros sentidos son tan abrumadoramente bombardeados por tantos estímulos olfativos, sociales, visuales y auditivos, que hacen virtualmente imposible concentrarse en algo específico. A esto, agrégale el modo en que se nos ha inculcado valorar la cultura "multitask", que más que entrenarnos para mantener en foco nuestra atención, pareciera habituarnos a desparramarlo en todo lo estimulante a nuestro derredor y en nada interesante en particular.

Digamos que la atención es un proceso previo a la memoria, que sirve para capturar con nuestros sentidos los acontecimientos que pretendemos almacenar, y gracias a alguna o varias emociones pertinentes, estos acontecimientos pasan a incorporarse a nuestro acervo de recuerdos: nuestra historia. Y si algo no recibe nuestra atención plena, o si no nos es emocionalmente significativo, no lo vamos a recordar... porque probablemente jamás pasó por nuestra memoria.