La masculinidad ¿privilegiada?

Hay en la actualidad una gran preocupación por el devenir de la #masculinidad, y derivado de los distintos debates que están surgiendo en varios ámbitos, surgen a su vez, distintas posturas que abordan esto, que para algunos es una problemática y para otros es meramente una circunstancia.

Puede llamársele: "la crisis de la masculinidad" ...si te interesa incluir esta reflexión en la nota roja de algún periódico sensacionalista.

Hay particularmente dos debates que están sonando muy fuerte allá afuera: uno es el profesional o académico, de personas dedicadas al estudio sociológico, antropológico y psicológico, y que definen esta situación como un momento de transición donde los hombres estamos dándonos permiso de experimentar formas distintas de masculinidad que no necesariamente involucran juegos de poder donde te reafirmas al someter a otras y otros, pero a costa de una permanente represión emocional.

Otro es el debate religioso montado sobre dogmas sin contexto, que defiende una masculinidad muy limitante y a costa de los propios hombres, donde nosotros afrontamos la obligación de salir adelante solos y sin dar o recibir apoyo de otros hombres, debemos ser impositivos, desconectados de nuestras emociones y estoicos. Hoy que muchos hombres estamos gritando "ni madres¡!", la iglesia y sus groopies se rasgan las vestiduras etiquetando a esto como una "crisis de la masculinidad".


Te comparto esto porque en efecto estoy enojado. Me resulta muy doloroso recibir en consulta a un hombre que 40 años trabajó en un empleo que odiaba, pero que le permitía contar con un salario con el cual mantener a su #familia, y que hoy a sus 60 y después del divorcio, encuentra que sus hijos le dan la espalda para tener total solidaridad con la exEsposa. Lo que está bien, pero es simplemente el 50% de lo que ellos debieran hacer.

Este hombre no entiende cómo después de haberles dado todo (lo material), ahora sus hijos no pueden darle nada (emocional), y le dejan a la deriva de su abandono en un rascuache cuartito de azotea que se alquila por 3mil pesos en un barrio feo de Ecatepec.

Me enoja porque le vieron la cara. Hace mucho. Le educaron cuando fue niño a apostar tanto a que su valor radicaba en ser proveedor, que jamás le dijeron cómo también dar cariño, y hoy se encuentra con que sus hijos le reprochan áridamente que él "solo se la pasaba trabajando y jamás estuvo ahí para ellos".

Y es cierto... y a la vez, no. Pero él creció mamando de una cultura que le enseñó que para ser amado es mejor ser una herramienta que una persona ...pero como a cualquier herramienta, cuando pierdes tu utilidad, se te desecha. Es lo lógico.

Para el mantenimiento del sistema social, los individuos somos engranes o herramientas, porque el status quo debe de trascender aún a costa de la persona. Por eso para algunos, la llamada crisis de la masculinidad equivale a perder la pieza de un rompecabezas que se queda incompleto, porque los hombres paulatinamente nos resistimos a ocupar el sitio y función que se nos había asignado.

No vale la pena mantener un sistema cultural a costa de nosotrOs ...o de ellAs. El valor de ninguna persona reside ni en su capacidad de ser un proveedor, ni en la de ser una servidora.

Creo que debemos reconocer que también los hombres vivimos sometidos a exigencias culturales que restringen o bloquean la expresión plena de nuestras necesidades, capacidades y expectativas. Creo también que necesitamos darnos el permiso de decir "no" aunque todavía exista un costo al hacerlo: "no voy a aguantarme mi necesidad de decirte lo que siento", "no estoy obligado a ser siempre tu soporte, porque a veces también yo te necesito", "no voy a callarme cuando necesito pedirte apoyo", "no tengo que perseguir obsesivamente el éxito, a veces ya así estoy bien", "no acepto que el valor que me das decida en mi cartera".

"No quiero ser de Marte...", "no quiero que tu seas de Venus...".

Pie de página: yo soy un hombre, y voy a construir para mi una masculinidad de mi talla y a mi gusto, y honestamente, no me importa si esta elección personal hacia mi mismo le representa a alguien una crisis. Mejor será que a quienes les incomode, aprendan pronto a lidiar con ello.

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