miércoles, 13 de abril de 2016

Juegos de pareja

Si, para mi las relaciones de pareja son un juego. Tan serio y tan estructurado como solo un juego podría serlo: hay dos participantes, hay muchas reglas, y hay un objetivo que cuando lo alcanzas, se gana.

Algunas relaciones son juegos de ganar – ganar, y otras son de suma cero.

En las primeras, todos los participantes ganan de manera equitativa; pero en las segundas, la misma proporción en la que uno de los jugadores gana, es la misma proporción en la que el otro participante pierde.

Hay quienes juegan a ganar, pese a quien le pese o incluso pese a la relación misma; y hay también los que juegan a perder, porque tenían tantas ganas de jugar, que sacrificarían lo que fuera por mantenerse jugando.

Juegos de pareja

Si, para mi las relaciones de pareja son un juego. Tan serio y tan estructurado como solo un juego podría serlo: hay dos participantes, hay muchas reglas, y hay un objetivo que cuando lo alcanzas, se gana.

Algunas relaciones son juegos de ganar - ganar, y otras son de suma cero. En las primeras, todos los participantes ganan de manera equitativa; pero en las segundas, la misma proporción en la que uno de los jugadores gana, es la misma proporción en la que el otro participante pierde.

Hay quienes juegan a ganar, pese a quien le pese o incluso pese a la relación misma; y hay también los que juegan a perder, porque tenían tantas ganas de jugar, que sacrificarían lo que fuera por mantenerse jugando.

A veces las reglas están hechas para que nadie gane, y es una necedad seguir jugando. Piensas que no'mas no ganas por tu propia torpeza, no se te ocurre voltear a cuestionar a las reglas; pero a veces tienes la lucidez de tocar la bas' y proponer cambiar esas reglas: y negocias, aclaras tus espectativas, escuchas y entonces ambos retoman el juego con nuevas reglas.