Día contra la Homofobia

Imagina un mundo en donde usar barba fuera obligatorio, donde si eres mujer las leyes te obligan a vestir de rosa y a los hombres de azul... donde solamente puedes mostrar abiertamente tus sentimientos si naciste mujer, y nada más te dan permiso de tener autonomía si eres un hombre.

¿Donde residiría aquí la libertad?, ¿qué tan distinto es ese mundo del tuyo?

La realidad que habitamos es un mundo que se organiza mediante un sistema de castas invisibles: Hombres y Mujeres, donde la primera es la casta gobernante. Evidentemente, en la parte baja de esta estructura, las mujeres representarían el único sector jodido, ¿no es así?

Desconfiemos de lo evidente... porque ellas no son las únicas que le sufren a los estándares rígidos de género.


Amargarse la Vida

Amargarse la vida, un arte incomprendido para el que solo unos pocos elegidos tienen verdadera vocación.

El arte de amargarse la vida demanda una tenacidad incansable que da fructíferas recompensas: mantiene a raya relaciones interpersonales que te podrían distraer a ti... de ti, previene arrugas en el rostro causadas por la tendencia a reír o sonreír demasiado, y alimenta una negatividad que te hará sentirte muy trascendente e intelectual.

Como indudablemente vale cualquier pena embarcarse en este saludable deporte de encontrarle a todo el negrito en el arroz, aquí van algunos espectaculares tips para amargarse la vida bien sabroso:

Profesionalízate como detective, se el Sherlock 2.0 al que nadie consigue verle la cara: ¿para que preguntar o confiar en los demás si puedes stockear sus cuentas de Facebook, analizar el subtexto de cada Tweet o rastrear quien le da "me gusta" a sus fotos en Instagram?

Convierte el pasado en una fuente inagotable de desdichas: evoca una y otra vez tus peores momentos y vuelve a sentir el enojo, la decepción o tristeza de aquellos momentos que creías haber superado. No dejes que el pasado se pierda en el tiempo, cada mal momento al que te aferres encierra la promesa de que eso no te volverá a suceder... porque jamás dejará de estar sucediendo.