lunes, 23 de marzo de 2020

Acerca del aburrimiento

Hay un experimento realizado por psicólogos de la Universidad de Virginia en el que se inventaron cualquier justificación para captar a sus voluntarios y de ahí, los pusieron a esperar en una habitación austera, sin absolutamente nada que hacer; previamente, les preguntaron si de una vez les daban chance de electrocutarlos tantito para otro experimento que necesitaban realizar, a lo que cada persona que participaba les respondió con un contundente “no”.

Cada persona estuvo sentada en una sala con nada más que su propia humanidad, una silla y una maquina de electrocución que supuestamente sería empleada para otro experimento distinto a ese. Los minutos pasaron, las horas también, el aburrimiento llegó y de pronto la máquina para electrocutar no parecía tan mala idea.

El punto es que al final de este experimento que en realidad exploraba cómo funcionamos ante el aburrimiento, cada hombre y mujer que participaron en él, fueron sorprendidos electrocutándose luego de que quienes dirigían el estudio, notaron que sus asistentes podían en cualquier momento empezar a lastimarse en serio.

Claro que los detuvieron.

Acerca del aburrimiento

Hay un experimento realizado por psicólogos de la Universidad de Virginia en el que se inventaron cualquier justificación para captar a sus voluntarios y de ahí, los pusieron a esperar en una habitación austera, sin absolutamente nada que hacer; previamente, les preguntaron si de una vez les daban chance de electrocutarlos tantito para otro experimento que necesitaban realizar, a lo que cada persona que participaba les respondió con un contundente "no".

Cada persona estuvo sentada en una sala con nada más que su propia humanidad, una silla y una maquina de electrocución que supuestamente sería empleada para otro experimento distinto a ese. Los minutos pasaron, las horas también, el aburrimiento llegó y de pronto la máquina para electrocutar no parecía tan mala idea.

El punto es que al final de este experimento que en realidad exploraba cómo funcionamos ante el aburrimiento, cada hombre y mujer que participaron en él, fueron sorprendidos electrocutándose luego de que quienes dirigían el estudio, notaron que sus asistentes podían en cualquier momento empezar a lastimarse en serio. Claro que los detuvieron.

¿Es neta que preferimos electrocutarnos a enfrentar el aburrimiento?, aparentemente si.

Vivimos con la mente sobreestimulada por un mundo donde nuestra atención es un recurso muy rentable para el mercado, se trata de la "economía de la atención": una competencia entre las empresas que producen bienes y servicios que, como el Flautista de Hamelin en los cuentos, buscan atraer y capturar la cartera de los consumidores mediante productos audiovisuales cada vez más estridentes, objetos personalizables y experiencias desbordadas de aventura y adrenalina.