Hoy vengo a hablarte de ti, aunque con cierto cuidado; porque en la superficie todos nos parecemos mucho, pero en lo profundo, nuestras subjetividades nos diferencian.

Yo se que como a mi, no te gusta demasiado que se refieran a ti mediante un adjetivo que no sientes que te describa, como que te digan que “Pareces vieja”, o “mediocre”, “gorda” y así.
A mi no me gusta que me consideren violador y feminicida en potencia, simplemente por ser un hombre… por ejemplo.
Y los científicos sociales conocen la razón de este malestar, ellos dicen: “toda identidad personal necesita del reconocimiento de los demás para consolidarse”. O sea, ¿qué sentido tiene que yo me diga psicoterapeuta si nadie me reconoce como tal?