domingo, 8 de julio de 2012

Fantasmas de tus decisiones pasadas

La forma en que tomamos decisiones depende en parte de nuestra personalidad, así como del estado de ánimo que tenemos y el grado de presión que sentimos en el momento de hacer nuestra elección.

Simultáneamente, el contexto en el que debemos decidir impacta mucho la claridad con la que elegimos la mejor alternativa, por ejemplo ¿sabías que cuando hemos dormido mal somos mucho más influenciables y eso afecta negativamente nuestra toma de decisiones?, igualmente nuestra autoconfianza. Por eso, si un día te levantas sintiéndote un flan mal cuajado porque no dormiste bien, o de plano ese día no te gustas ni tantito, evita tomar decisiones importantes.

Por definición, una decisión es la elección  significativa entre dos o más alternativas. Para muchas personas, la dificultad de tomar una decisión concreta, estriba en que al elegir la alternativa A, debemos renunciar a la alternativa B; pero ¿qué pasa si la B era la mejor?, ¿qué pasa si me equivoco?

En toda decisión hay de primera instancia la pérdida de todo aquello que no elijo, las alternativas a las que renuncio al hacer mi elección son elementos que probablemente jamás formarán parte de mi vida, y si bien tampoco en el pasado formaron parte, eso no impide que al no elegirlas ya empecemos a extrañarlas.

Fantasmas de tus decisiones pasadas

La forma en que tomamos decisiones depende en parte de nuestra personalidad, así como del estado de ánimo que tenemos y el grado de presión que sentimos en el momento de hacer nuestra elección. Simultáneamente, el contexto en el que debemos decidir impacta mucho la claridad con la que elegimos la mejor alternativa, por ejemplo ¿sabías que cuando hemos dormido mal somos mucho más influenciables y eso afecta negativamente nuestra toma de decisiones?, igualmente nuestra autoconfianza. Por eso, si un día te levantas sintiéndote un flan mal cuajado porque no dormiste bien, o de plano ese día no te gustas ni tantito, evita tomar decisiones importantes.

Por definición, una decisión es la elección  significativa entre dos o más alternativas. Para muchas personas, la dificultad de tomar una decisión concreta, estriba en que al elegir la alternativa A, debemos renunciar a la alternativa B; pero ¿qué pasa si la B era la mejor?, ¿qué pasa si me equivoco? En  toda decisión hay de primera instancia la pérdida de todo aquello que no elijo, las alternativas a las que renuncio al hacer mi elección son elementos que probablemente jamás formarán parte de mi vida, y si bien tampoco en el pasado formaron parte, eso no impide que al no elegirlas ya empecemos a extrañarlas. Frecuentemente luego de tomar una decisión, imaginamos con pesar cómo hubiera sido nuestra vida de habernos quedado con la alternativa B, que nunca se vio tan atractiva como ahora que la hemos descartado.