Me parece que hoy vivimos envueltos en una cultura de la fragilidad.

Cada que nos damos cuenta, nos agregan una cosa, situación, persona, flor o fruto que representa una nueva amenaza a nuestra vida.
Comer huevos va a matarte, la carne da cáncer, la leche tiene bacterias… prácticamente toda la canasta básica urde un complot en nuestra contra. El sol causa melanoma, sólo el agua embotellada está pura… la mafia del poder te quiere esclavizar, Trump es una amenaza para México… ponte suéter o morirás de neumonía…
¿Qué tan frágil te consideras?, ¿cuáles de estas alertas tienen verdaderamente fundamento, y cuáles no?
El riesgo de habernos vuelto consumidores masivos de información, radica en no sostener una postura suficientemente crítica, para esa información que anexamos a nuestro sistema de creencias, y de ahí a la interpretación que hacemos de la realidad.