viernes, 3 de febrero de 2017

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Escondiendo a Mister Hyde

Quienes conocían al Doctor Jekyll, afirmaban de él que era una persona encantadora, de excelentes modos y carácter templado. Y tenían razón.

Quienes conocían en cambio a Mister Hyde, lo tenían por hombre taimado, esclavo de sus impulsos, grosero y ajeno a toda empatía. También ellos tenían razón.

El caso es que Mister Hyde y el Doctor Jekyll eran la misma persona.

Este aparentemente extraño caso divulgado por Robert L. Stevenson se resuelve cuando entendemos que todas y todos encerramos dentro de nuestra persona a un amable Jekyll y un agresivo Hyde… una versión particular que emerge en tiempos de paz y otra complementaria para externarse en tiempos de guerra.

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Escondiendo a Mister Hyde

Quienes conocían al Doctor Jekyll, afirmaban de él que era una persona encantadora, de excelentes modos y carácter templado. Y tenían razón. Quienes conocían en cambio a Mister Hyde, lo tenían por hombre taimado, esclavo de sus impulsos, grosero y ajeno a toda empatía. También ellos tenían razón.

El caso es que Mister Hyde y el Doctor Jekyll eran la misma persona.

Este aparentemente extraño caso divulgado por Robert L. Stevenson se resuelve cuando entendemos que todas y todos encerramos dentro de nuestra persona a un amable Jekyll y un agresivo Hyde... una versión particular que emerge en tiempos de paz y otra complementaria para externarse en tiempos de guerra.