miércoles, 6 de mayo de 2020

Las Conspiranoias

Desde que René Descartes hizo lo suyo, nos hemos convencido de que el razonamiento intelectual es el camino para acceder a la verdad, y las evidencias vendrían siendo un mero accesorio, porque lo que Renecito sugiere, es que los sentidos son engañosos y solamente mediante la razón podemos entender con claridad.

Poco importa que después llegara John Locke para decirnos que mejor modo de acceder a la verdad, es mediante el contacto que hacemos al mundo a través de nuestros sentidos. Locke era empirista, Descartes racionalista.

Probablemente la manera más funcional de acceder a la verdad sea por una mezcla de ambos sistemas, un poquito de observación empírica para identificar los hechos a nuestro alrededor, y otro tanto de razonamiento intelectual para asimilar esa información en una opinión suficientemente objetiva…

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Las Conspiranoias

Desde que René Descartes hizo lo suyo, nos hemos convencido de que el razonamiento intelectual es el camino para acceder a la verdad, y las evidencias vendrían siendo un mero accesorio, porque lo que Renecito sugiere, es que los sentidos son engañosos y solamente mediante la razón podemos entender con claridad.

Poco importa que después llegara John Locke para decirnos que mejor modo de acceder a la verdad, es mediante el contacto que hacemos al mundo a través de nuestros sentidos. Locke era empirista, Descartes racionalista.

Probablemente la manera más funcional de acceder a la verdad sea por una mezcla de ambos sistemas, un poquito de observación empírica para identificar los hechos a nuestro alrededor, y otro tanto de razonamiento intelectual para asimilar esa información en una opinión suficientemente objetiva...

...y aún así queda ver que rayos viene siendo "la verdad"; porque a opinión de algunos criterios maliciosos de gente envidiosa y bien quien sabe cómo, la verdad siempre depende de un punto de vista, un espacio y un momento particulares: no hay verdades universales.

Pero entonces, ahí tienen ustedes que mis redes sociales se atascan cada cierto tiempo de teorías conspirativas sin acierto ni concierto, que buscan mediante inferencias al malo de la película dentro de algún gobierno extranjero (o propio) o al seno de una sociedad secreta que busca el dichoso Nuevo Orden Mundial.