domingo, 5 de abril de 2020

Masculinidades de cuidado

Hombres, no todos son iguales… porque existen muchas más que una manera única de ser hombre.

Esto nos introduce en un debate que viene desarrollándose desde los años ochenta, el de las masculinidades múltiples.

También les han llamado “nuevas masculinidades” a esas que podemos ubicar como masculinidades constructivas, pero en realidad no tienen mucho de nuevas, aunque si, en su momento eran consideradas masculinidades raras o incluso proscritas.

Antes de la ¿liberación femenina?, los hombres enfrentaban la obligación de ser como el arquetípico cavernícola feo, fuerte y formal, que no llora, que no se rompe y que es el respetable cabeza de su familia.

Masculinidades de cuidado

Hombres, no todos son iguales... porque existen muchas más que una manera única de ser hombre, y esto nos introduce en un debate que viene desarrollándose desde los años ochenta, el de las masculinidades múltiples. También les han llamado "las nuevas masculinidades" a esas que podemos ubicar como masculinidades constructivas, pero la neta, no tienen mucho de nuevas, aunque si, en su momento eran consideradas masculinidades proscritas.

Antes de la ¿liberación femenina?, los hombres enfrentaban la obligación de ser como el arquetípico cavernícola feo, fuerte y formal, que no llora, que no se rompe y que es el respetable cabeza de su familia. Sentada la obligación, cualquier ingenuo que consolidara una manera distinta de ser hombre, era acusado de blando, inmaduro, poco hombre, mandilón y demás. No era aceptable salirse del molde.

Pero llegó el feminismo para cuestionar el rol que la sociedad y la cultura le imponen a las mujeres, y al cuestionar y re - elaborar el rol de ellas, inevitablemente se cuestionó el rol de ellos: ¿es verdaderamente tan terrible que un hombre hable de sus emociones?, ¿los genitales expuestos de la anatomía masculina, efectivamente se encogen cuando un hombre lava trastes? No fuera a ser...

Pensar las masculinidades como una multiplicidad, nos lleva a la tradicional dicotomía de "lo bueno" y "lo malo", porque a nivel intelectual, nos sale muy barato separarlo todo en dos categorías.