Esta mañana me he tropezado nuevamente con aquél “la gente no cambia” que tanto le gusta declarar a muchas personas, muchas que coincidentemente, suelen manifestar también un consistente miedo al cambio.

¿Será que negar la posibilidad de cambiar, es una manera de tranquilizarse frente a la inevitabilidad del cambio?, porque la vida es un devenir constante, y no hace falta ser Heidegger para saberlo… o saber incluso, quién rayos es Heidegger.
Tampoco es menester saber que un tal Heráclito afirmaba hace cientos de años que lo único constante en la vida es el cambio; pero eso si, no viniera Mhoni Vidente a decirte que se vienen grandes cambios, porque entonces si pones tus barbas a remojar, ¿verdad?
La gente cambia porque el mundo cambia en un universo que es cambio constante, tus células se renuevan, tus relaciones se actualizan, tus afectos se transforman… y al final, el “tu” de ahorita, cada vez se parece menos al “tu” que fuiste hace 5 años.