jueves, 1 de noviembre de 2018

La masculinidad ¿privilegiada?

Hay en la actualidad una gran preocupación por el devenir de la masculinidad, y derivado de los distintos debates que están surgiendo en varios ámbitos, surgen a su vez, distintas posturas que abordan esto, que para algunos es una problemática y para otros es meramente una circunstancia.

Puede llamársele: “la crisis de la masculinidad” …si te interesa incluir esta reflexión en la nota roja de algún periódico sensacionalista.

Hay particularmente dos debates que están sonando muy fuerte allá afuera: uno es el profesional o académico, de personas dedicadas al estudio sociológico, antropológico y psicológico, y que definen esta situación como un momento de transición donde los hombres estamos dándonos permiso de experimentar formas distintas de masculinidad que no necesariamente involucran juegos de poder donde te reafirmas al someter a otras y otros, pero a costa de una permanente represión emocional.

La masculinidad ¿privilegiada?

Hay en la actualidad una gran preocupación por el devenir de la #masculinidad, y derivado de los distintos debates que están surgiendo en varios ámbitos, surgen a su vez, distintas posturas que abordan esto, que para algunos es una problemática y para otros es meramente una circunstancia.

Puede llamársele: "la crisis de la masculinidad" ...si te interesa incluir esta reflexión en la nota roja de algún periódico sensacionalista.

Hay particularmente dos debates que están sonando muy fuerte allá afuera: uno es el profesional o académico, de personas dedicadas al estudio sociológico, antropológico y psicológico, y que definen esta situación como un momento de transición donde los hombres estamos dándonos permiso de experimentar formas distintas de masculinidad que no necesariamente involucran juegos de poder donde te reafirmas al someter a otras y otros, pero a costa de una permanente represión emocional.

Otro es el debate religioso montado sobre dogmas sin contexto, que defiende una masculinidad muy limitante y a costa de los propios hombres, donde nosotros afrontamos la obligación de salir adelante solos y sin dar o recibir apoyo de otros hombres, debemos ser impositivos, desconectados de nuestras emociones y estoicos. Hoy que muchos hombres estamos gritando "ni madres¡!", la iglesia y sus groopies se rasgan las vestiduras etiquetando a esto como una "crisis de la masculinidad".