Un cambio centrado en ti

¿Alguna vez has escuchado la expresión de cómo un solo árbol te impide ver el bosque? En realidad es una frase muy útil para advertir que estamos perdiendo de vista el objetivo global, a favor de particularidades que distraen nuestra atención. Así sucede a veces en terapia, y genera el riesgo de que el proceso terapéutico gire en torno al terapeuta mismo, y no desde y para quien va a consulta.

Me explico. Eso que llamamos tan solemnemente "proceso terapéutico", consiste básicamente en ese recorrido que alguien hace, a partir de que decide cambiar algunos aspectos de si misma o de si mismo que, en su consideración personal, ya no le están funcionando. Personal. Esto implica que difícilmente te vas a someter al jolgorio de cuestionarte, confrontarte y transformarte, solo porque alguien te lo ha sugerido, o porque se te está presionando para que así lo hagas. La motivación para involucrarse en un proceso de cambio, necesita venir del interior de cada quien; si a la propia persona no le hace sentido cambiar, no habrá proceso terapéutico que obre el milagro de transformarle permanentemente.

Esto me lleva al chiste aquél de "¿cuántos psicólogos se necesitan para cambiar un foco?" Claro, los que sean en tanto que el foco esté dispuesto a cambiar...