Cuando una catástrofe sucede cerca de ti o te ocurre directamente a ti, tus pensamientos probablemente se van a enganchar con las circunstancias que te rodean. El peligro es que con ellos alimentarás las emociones de zozobra, desesperanza y miedo.

¡Para!
Da una palmada con tus manos y para, o grita DETENTE¡! y frena los pensamientos que pueden llevarte a emociones mas oscuras que nublen tu estado de ánimo y obstaculicen tus procesos de toma de decisiones.
Tendemos a futurizar, a creer que “esto” es lo peor que nos pudo haber pasado, y que ya nada será lo mismo… pero recuerda, nada dura para siempre: las cosas malas no duran para siempre, y las cosas buenas tampoco.
No es algo personal, probablemente no se trata de que la vida te esté castigando ni nada por el estilo, es solo que las cosas malas suceden, y hoy lamentablemente te sucedió a ti.