sábado, 28 de diciembre de 2019

¿Quiénes son Ana, Mia y Alisa?

Cada vez que le haces un comentario acerca de su aspecto a un niño o una niña, sin saberlo, le estás orillando un poquito más para que busque grupos como los de Ana y Mía, o Rex y Bill, donde les enseñarán estrategias para dejar de comer, matar el hambre y cómo laxarse o causarse el vómito sin hacer ruido.

Ana y Rex hacen alusión a la anorexia, y Mía o Bill, a la bulimia. Si le buscas un poco más, encontrarás también maneras de referirse a otros trastornos alimenticios mediante claves que tus hijos o tus sobrinos han aprendido en la escuela. La Princesa Alisa es el nombre amistoso para la obsesión por la “ALImentación SAna", o por su nombre clínico: “Ortorexia”.

Sí, tal y como lo piensas, es alarmante que un trastorno alimenticio tenga una prevalencia tal, que se convierta en una subcultura con códigos, agrupaciones y competencias por estar más delgado o delgada que las y los demás y, al final, ser una “verdadera princesa” o un “verdadero príncipe”.

Y aunque siempre estará genial que las personas nos agrupemos a partir de los intereses que compartimos, es en lo particular, que este interés de tener una “apariencia perfecta” la que al rayar en la obsesión, y al emplear mecanismos que perjudican directamente la salud metabólica, ponen en evidente riesgo la vida de las personas.