¿Te ha pasado que te abocas tanto haciendo algo que te gusta, que el tiempo pasa sin que te des cuenta?, y podría haber un terremoto o una guerra civil y no te enteras… y te choca que te interrumpan, y todo lo que te perturbaba al inicio se te olvida para dejarte concentrar en eso que estás haciendo… ¿si lo identificas?, pues fíjate que a eso se le llama estado de flujo.

Para la psicología cotidiana, entrar en flujo es una condición más que deseable, porque tu mente se libera de emociones tóxicas que de otra manera no podrías hacer a un lado… ya sabes: algo como un enojo desbordado, una profunda tristeza, alguna incertidumbre hacia lo que está por venir, o etcétera.
Hay quienes entran en flujo platicando sabroso con alguien, y las horas se les van en un santiamén, otros cuidan de sus bonsais o pintan con acuarelas.
Puedes alcanzar el estado de flujo leyendo algo interesante, entrenando en el gym, coloreando mandalas, bailando, jugando videojuegos, tocando música, conociendo lugares nuevos.