Algunas personas tartamudean cuando hablan, y hay otras a las que se les lengua la traba de vez en cuando; algunas más, al expresarse arrastran las palabras haciendo gala de una dicción espantosa, y también hay quienes de plano, mejor se ponen en modo “mute” y en vez de hablar, no dicen nada.

En ocasiones, estas situaciones pueden deberse a un daño neurológico ubicado en la Corteza cerebral de la gente, dentro de las regiones asociadas o con las funciones motrices del habla, o con las relevantes para la formación de conceptos… pero si estos accidentes al expresarse, tipo disritmias y tropiezos, se dan particularmente en situaciones de estrés elevado, puede que la cosa sea más psicológica o emocional, que neurológica.
O puede que la circunstancia psicológica / emocional agrave una condición psiquiátrica como el Síndrome de Tourette, que puede ser controlable con medicamento, salvo en presencia de la maligna ansiedad.