Síndrome de cuarentena

No, no está bien sentirse mal, no importa si son los propios memes en Facebook quienes te tratan de convencer de lo contrario.

Imagínate a Viktor Frankl una mañana en medio del campo de concentración, pensando: "voy a dejarme llevar por la desesperanza, finalmente está bien sentirse mal", y de pronto ve a su vecino judio, homosexual, gitano o meramente un tipo con mala suerte, que tras pensar que está bien sentirse mal, corre directo hacia donde los soldados nazis le esperan con sus armas cargadas.

Realmente, lo que Frankl dijo, fue "no puedo elegir esta circunstancia en la que me encuentro, pero puedo elegir la actitud con la que la enfrento", y así nació la logoterapia, un modelo de la psicología, que se enfoca en la manera en que le damos sentido a las circunstancias, las cosas, las pérdidas y todo un inagotable etcétera.

Así de profundo era su logos...

Entonces, frecuentemente es normal sentirse mal en una situación dolorosa o desafiante, pero la responsabilidad que cada persona tiene hacia sí misma, le lleva a encargarse de su propio bienestar emocional, buscando la forma de estar lo mejor posible. Esto NO implica que cada quien deba de estar feliz todo el tiempo, lo cual no solamente es absurdo, sino peligroso; el término clínico para esta felicidad permanente es "euforia" y hay medicamentos para eso.

El primer paso siempre, es identificar cuál es el estado emocional que nos despierta la situación actual; luego, plantearnos una estrategia que nos conduzca hacia el mayor bienestar posible. Puede ser que lo anterior implique preguntarnos: ¿qué es lo que necesito para estar mejor?, o sea: ¿qué es lo que yo misma o yo mismo necesito llevar a cabo para optimizar mi propio estado emocional? Porque adentro de cada quién, cada cual es responsable de sus propias emociones. Aunque vivamos en pareja o en familia, nos mantenemos siendo individuos con responsabilidad individual hacia esas "necesidades individuales" de las cuales hemos de hacernos cargo.

2020, pandemia del virus SARS CoV 2 que tiene a la tercera parte de la humanidad en cuarentena sanitaria: evidentemente es normal sentirse mal, pero que sea esperable y perfectamente lógico, no implica que "esté bien sentirse mal".

El encierro implica no solamente aislamiento social, sino una ruptura en la cotidianidad de las personas; y esto genera a mediano plazo un sentimiento de fatiga emocional al que los medios han llamado "Síndrome de Cuarentena", que no es un término oficial en lo absoluto, pero cumple su trabajo de prevenir a las gente de lo que se puede esperar: aburrimiento, ansiedad, irritabilidad, confusión (tipo "¿qué día es hoy?), insomnio y, por supuesto, agotamiento emocional.

En términos más generales, podemos experimentar incertidumbre hacia nuestra estabilidad laboral y financiera, e inquietud hacia los proyectos que hemos dejado en pausa por sumarnos a la cuarentena. Frente a los pensamientos de preocupación operativa por el futuro, conviene no elaborar pensamientos catastróficos, e ir evaluando y en lo posible resolviendo, día por día la circunstancia según se va dando. Estrategias de relajación centradas en la respiración, pueden ser de gran utilidad para enfocar nuestros pensamientos en el aquí y el ahora. En Youtube seguramente encontrarás tutoriales acerca de cómo relajarte a través de técnicas de respiración.

Podemos experimentar el miedo de enfermarnos, evidentemente. Mientras más nos enteramos de cuáles son los síntomas del COVID19, y de las estadísticas de gente enferma gravemente y muerta por esta enfermedad, más cercano sentimos la posibilidad de caer en la catástrofe. La mejor estrategia frente de miedo, empieza por controlar lo que podemos controlar, y relajarnos frente a lo que escapa de nuestro control, y evidentemente, algo que podemos controlar es atender las indicaciones de autocuidado que las instituciones de salud han estado difundiendo por todos los medios: lavarnos las manos, evitar la cercanía física, no salir de casa… todas estas estrategias, evidentemente reduce la probabilidad de un contagio.

Hace mucho bien además, dejar de exponernos al bombardeo de información, que a veces incluye más datos de los que necesitamos a corto plazo. En medios de comunicación y redes sociales se filtran noticias amarillistas (porque son las que más venden), noticias falsas (que venden todavía más) e información especializada que si no sabemos de infectología o epidemiología, solamente nos vamos a confundir. Entonces, es recomendable buscar información puntual cuando se tiene una pregunta concreta, una duda operativa acerca de mecanismos de autocuidado o información oficial proveniente de instituciones relevantes, y nada más.

Esto excluye las cadenas de whatsapp y videos bienintencionados, de esos que compartimos tanto y que a veces pueden hacer más mal que bien.

Finalmente, podemos también experimentar ansiedad frente a la posibilidad de que no haya una normalidad a la cual regresar después de la contingencia sanitaria provocada por el virus SARS CoV 2. ¿Qué tanto tendré que modificar mi vida cotidiana?, ¿qué pasará con todas esas actividades que a diario me funcionaban tan bien?, estas y otras preguntas dan forma a una muy natural resistencia al cambio. Llevémosolo con calma. Primero: durante la cuarentena procura adaptarte lo mejor posible, rescatando las actividades diarias que te hacían sentir productivos tus días, si era el gym, procura entrenar en casa (aprende a hacerlo) en los mismos horarios y en la misma intensidad en que lo hacías cuando ibas a ese lugar; si era trabajar, lo mismo, dedícate a trabajar en los mismos horarios e intensidad, como si estuvieras en la oficina.

Muchas veces, ocurre que sacrificamos más de lo que la misma circunstancia nos demandada, y entonces, más que una pérdida derivada de la crisis, elegimos un descuido hacia nuestra propia persona y nuestros valores; y eso efectivamente perturba la seguridad personal y autoconcepto de cualquiera.
Es normal sentirse mal, pero no está bien; tú puedes encargarte de consolidar el mayor bienestar posible según la circunstancia en la que te encuentres, ya sea una pandemia mundial, un terremoto, una lluvia de meteoritos o un ataque zombie. Explora las premisas de la filosofía estoica, que guardan muchas de las respuestas que necesitas ahora: "nada dura para siempre, esto también pasará", "no pierdas tu tiempo tratando de controlar lo que es capaz de tu alcance, mejor enfoca tu posibilidad de control en lo que si está en tus manos", "a ti no te afecta lo que te pasa, sólo te afecta lo que tú piensas acerca de lo que te pasa".

"...el día de hoy y en este momento, con todo y la situación que atraviesas, tienes también razones para sentir agradecimiento y posiblemente, darte el permiso de ser feliz".

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