Amargarse la vida, un arte incomprendido para el que solo unos pocos elegidos tienen verdadera vocación.

El arte de amargarse la vida demanda una tenacidad incansable que da fructíferas recompensas: mantiene a raya relaciones interpersonales que te podrían distraer a ti… de ti, previene arrugas en el rostro causadas por la tendencia a reír o sonreír demasiado, y alimenta una negatividad que te hará sentirte muy trascendente e intelectual.
Como indudablemente vale cualquier pena embarcarse en este saludable deporte de encontrarle a todo el negrito en el arroz, aquí van algunos espectaculares tips para amargarse la vida bien sabroso:
Profesionalízate como detective, se el Sherlock 2.0 al que nadie consigue verle la cara: ¿para que preguntar o confiar en los demás si puedes stockear sus cuentas de Facebook, analizar el subtexto de cada Tweet o rastrear quien le da “me gusta” a sus fotos en Instagram?