13 cualidades para la trascendencia

¿Qué es lo que hace que una persona trascienda y se sienta plena? Aquí les comparto un primer atisbo de 13 cualidades dirigidas hacia la trascendencia de la vida, tanto de sus circunstancias, como desavenencias. Váyanse poniendo palomita:

__ Autoconocimiento: saber bien cuáles van siendo las creencias que te mueven, tus valores y motivaciones.

__ Espontaneidad: sentir y conectar con el momento que vives, mantener despierta tu consciencia.

__ Autocongruencia: actuar conforme a tus principios y convicciones personales.


Desapegarse de la vida

Una de las actividades que realizo como terapeuta, es acompañar a personas en el proceso de Bien Morir. Es de lo más confrontador, gratificante, duro... ayudar a alguien a desapegarse de su vida y de su familia, y a su familia desapegarse de alguien a quien aman y que está muriendo.

Hoy, una mujer admirable que comparte su organismo con la leucemia terminal, le dijo a sus hijos: "el problema de la muerte es que no te acuerdas de qué es lo que sigue; estamos tan distraídos viviendo, que es imposible pensar en otra cosa que no sea vida... y eso está bien, pero a todos nos llega el momento de recordar".

Creo que en toda mi chamba, en estos menesteres es en los únicos en los que me siento libre de llorar, de ser lo más humano que puedo ser, porque la muerte es a su vez, también tremendamente humana. Y en esas ocasiones, ella es mi coTerapeuta.

Es irónico, pero aunque la vida es lo más valioso que tenemos, el perderla no nos genera ninguna carencia.

Vivamos pues, pero vivamos al doble en honor a nuestros muertos, ellas y ellos que ya se acordaron de qué era lo que sigue; ese gozoso estado en que todas tus memorias están contigo.

Co - dependencia

Dice Jorge Bucay que en esto de ser significativos en la vida de las y los demás: si no logro que me ames, buscaré que me necesites; si no logro que me necesites, buscaré que te sientas culpable hacia mí; si no consigo que te sientas culpable buscaré que me odies; pero si incluso, no consigo que me odies, trataré entonces que me tengas miedo.

Así que, si no creo posible que me quieras, voy a ser extremadamente acomedido y servicial contigo para volverme indispensable en tu vida, pero si no me siento satisfecho con lo que recibo de ti, pasaré a hacerte sentir culpable por mi sufrimiento aferrado y tu desinterés hacia mi. Luego seré un grano en tu trasero hablando mal de ti por todos lados, porque al menos así vas a pensar en mi, y al final... puede que me ponga mas loco todavía...

Una escalera descendente que si lo permitimos, nos lleva progresivamente a lo más bajo de nosotros. Según las telenovelas, todas estas son facetas distintas del amor; pero la neta, esto dejó de ser amor desde que bajamos el primer escalón.

La única forma de construir una relación recíproca es mediante el afecto, cariño, amor o como se llame, todas las demás son simplemente distintos niveles de codependencia. ¿Les suena escalofriantemente familiar?

No temerle al miedo

En estos días de noviembre hemos jugado a que no le tenemos miedo al miedo, a que no nos estorba para vivir y que es tan natural como la vida misma. Nos disfrazamos de aquello a lo que tememos y sonreímos cuando alguien pretende jugar a atemorizarnos.

Hacemos una tregua con el miedo y le permitimos existir sin ser un paria entre la diversidad de nuestras emociones.

Pero no es un juego; en realidad así es la vida y el miedo es muy parte de ella. Efectivamente no constituye un estorbo para vivir y es natural y saludable conectar con nuestros miedos de vez en vez...