En mi experiencia, una de las razones más recurrentes por las que las personas buscamos la psicoterapia, se relaciona con “esos” episodios de nuestro pasado que no hemos superado todavía.

Y es que las experiencias que hemos vivido, son el referente desde el que vamos entendiendo las nuevas experiencias que tenemos en el presente; y si estas experiencias de antaño todavía nos generan emociones tóxicas, es de esas mismas emociones desde las que vamos a conectar con el momento presente.
Por eso a veces vivimos atrapados en un loop sin fin, dentro del que solo damos vueltas… y vueltas… y más vueltas… de ese modo, el pasado se vuelve un lastre que vamos arrastrando a lo largo de la vida.
Nos impide llegar suficientemente lejos y de a poquito, nos arruina la espalda.
Pero el pasado también es recurso; ¿dónde si no, almacenamos el acervo de herramientas con las que vamos resolviendo la vida? Hoy en día sabes que puedes hablar en público sin pánico escénico, porque recuerdas que ya lo has hecho anteriormente. El saber que ya tienes una experiencia positiva en algo, te permite creer en que puedes afrontar exitosamente circunstancias similares.