Viaja ligero

¿Cuándo fue la última vez que revisaste lo que cargas dentro de tu bolsa, maleta de gimnasio o mochila?, a veces por la simple urgencia de llegar a donde sea que vamos, o por la inercia de mantenernos en movimiento, cargamos pesos innecesarios que nos fatigan demasiado, afectan nuestra postura y causan un dolor al que poco a poco nos vamos habituando.

Paralelamente, ¿cuándo fue la última vez que revisaste lo que cargas entre tus emociones?, a veces por la inercia constante de dar una respuesta a la vida, solo vas agregando sin jamás detenerte a revisar cuánto vienes acumulando en tu dimensión emocional.

Esa sobrecarga a la que por habituarte a ella, se vuelve invisible, te fatiga espiritualmente, te vuelve intolerante, te mantiene en tensión, afecta tu postura frente a la vida y te causa un sufrimiento al que terminas por acostumbrarte.


Conducta psicopática

¿La conducta psicopática se puede aprender?, ¿quién querría aprender a ser como un psicópata?

La característica principal de un psicópata es que al conectar con las emociones ajenas, estructura su empatía desde el razonamiento intelectual o sea, desde la corteza prefrontal; esa zona del cerebro que a todos nos permite ser matemáticos y estratégicos. Los noPsicópatas, en cambio, conectan con las emociones de los demás desde sus propias emociones, es decir, desde la zona limbica de su cerebro: la amígdala.

Sin embargo conectar habitual y frecuentemente con las emociones de los demás puede ser desgastante, debido a lo cual algunos profesionistas de la salud van desarrollando la capacidad de experimentar empatía desde la frialdad calculadora de su corteza prefrontal. Sip, exactamente del modo en que lo haría un psicópata.

¿Te has enfrentado a un medic@, enfermer@, o terapeut@ que te pregunta acerca de tus dolencias sin siquiera mirarte a los ojos o mostrarte compasión alguna?, si ese profesional tuviera en aquel momento unos electrodos en su cráneo, verías vibrar con impulsos eléctricos la zona prefrontal de su cabeza.