I.
En los tiempos actuales, la alimentación ha cobrado una creciente relevancia que no parece tener intenciones de menguar, de modo que las ciencias de la nutrición han expandido sus fronteras, hasta conectarse a otras disciplinas del conocimiento con las que antes no se vinculaban tan directamente, como la química, la antropología, la medicina o la psicología.

Hoy en día, en nuestras sociedades de occidente, sabemos que la manera en que nutrimos nuestros organismos tiene una estrecha relación con nuestra salud física y emocional, y que nuestra salud física y emocional repercute en cómo nos alimentamos.
Ya hemos comprendido que no podemos exagerar nuestro consumo de carnes rojas o nos arriesgaremos a ciertos tipos de cáncer, diabetes y trastornos cardiovasculares; y simultáneamente, sabemos que enfatizar una alimentación con omega 3 proveniente de pescados como el atún o el salmón, puede ayudarnos a prevenir la depresión, lo mismo que las vitaminas B1 y B3 C o el ácido fólico.