¿Y tu, crees en la magia?

Durante nuestra infancia, la magia nos fascinaba por la mera naturaleza de ser niños; con el paso del tiempo, y conforme nos volvemos mayores, el niño interior que aún reside en nosotros, todavía abre ojos grandes como platos ante cualquier cosa que parezca desafiar las reglas de lo comprensible. Sin embargo, no cualquir adulto respondería afirmativamente a la pregunta de ¿y tu, crees en la magia?

Y yo te apuesto a que si. Porque la magia y el pensamiento mágico, son una de las maneras mediante las que lidiamos con la incertidumbre y recreamos la sensación, aunque sea débilmente, de estar en control de las situaciones. Y he aquí una fórmula básica: en los momentos en que vivimos más asustados o en incertidumbre, más poderosos son nuestros pensamientos mágicos. 

¿Qué hay de malo en ello?


Solemnidad

Cuando veas a alguien intoxicado con su propia solemnidad, se gentil y quédate cerca para observar. Espérate a que caiga por su propio peso... y entonces tiéndele una mano y ayúdale a reír. Reír mucho.

Algunas carcajadas le vendrían bastante bien, hasta que le duelan las costillas y los cachetes se le entuman.

Nada vale tanto la pena como para tomarlo tan en serio, nada es para siempre y no vamos a salir vivos de esta vida. Aunque no lo creas, esto también pasará.

...aunque sea lo peor que jamás te haya pasado.

...aunque sea lo mejor que jamás te haya pasado.

Esto también pasará.