Coaching para principiantes

Porque usted (no) lo pidió, permítame contarle unos datos mínimos para entender el Coaching, no sea que luego en un momento de necesidad, alguien se aproveche de usted y su dinero, y vaya a darle gato por liebre.

El coaching, que no es psicoterapia, aunque pueden coincidir para mutuamente complementarse, comenzó una bonita mañana inglesa de verano, supongo, cuando un entrenador de tenis se dio cuenta de que muchas personas que dominaban bien la técnica del raqueteo, eran malas o malos jugadores porque dentro de ellos había una lucha interna que les saboteaba sus avances. Por eso, y asumiendo que el gentleman tenía un montón de tiempo libre, se dio a la tarea de escribir “El juego interior”, un bonito texto que describe cómo, para alcanzar el éxito, previamente debemos de luchar contra nuestras creencias, miedos, expectativas, perspectivas y etcétera.

Ese fue la primera aproximación al coaching, de la que se derivó toda una pragmática en Inglaterra, dirigida a ayudar a las personas a operacionalizar y definir sus objetivos, planificar las estrategias y lograr ese éxito que todos buscamos, pero en los términos personales dentro de los que cada quien define ese concepto. Por eso y en definición, “coaching” involucra 1 (uno) coach y 1 (uno) coachee.

Luego la idea les resultó muy interesante a los estadounidenses, quienes la adoptaron y la adaptaron para ayudar a las personas a ir más allá de sus límites auto impuestos. Ya sabes, se empieza a hablar de zonas de confort y a salir a la calle disfrazado de payasito para regalar abrazos. ¿Te suena? Con este formato de coaching, se manejan grupos un poquito mayores (10, 15 personas) pero todavía se rescatan las diferencias, creencias y características individuales, pues una esencia de esto es el acompañamiento a la medida del coachee.

El coachee no es un marsupial sudamericano, sino propiamente, la persona que recibe el coaching.

Posteriormente llega Rafael Echeverría desde Chile, para hablar de un coaching más filosófico. O sea, si... todo lo anterior, además de un chorrito de filosofía, para plantear cuestionamientos más sustanciosos como ¿quién eres y quién deseas ser?, ¿cuál es el sentido de tu vida y cómo eliges relacionarte con el mundo? Para darte una idea de esta premisas, échale un ojo a “Ontología del Lenguaje”, que es una verdadera delicia.

Hoy en día, para entender de coaching, ayuda bastante conocer de planeación estratégica, P. N. L., ontología del lenguaje y los planteamientos del humanista Carl Rogers. Al menos.

Entonces, mientras que a la psicoterapia le interesa de dónde vienes y cómo estás, o entender las razones de lo que haces y explorar tus debilidades o fortalezas de tu personalidad, al coaching le ocupa más el cómo estás y hacia dónde vas, buscando entender tus necesidades para convertirlas en objetivos desde el encuadre de una planeación estratégica. El coach está un poco más encima de ti, acompañándote en el proceso como un entrenador deportivo o la voz electrónica del Waze cuidando de que no te pierdas durante el camino.

Dicho lo anterior, si te topas con un ¿curso de coaching? que vas a tomar junto con otros doscientos o trescientos pelados durante nada más un fin de semana intensivo y en el que tus objetivos personales, neta no importan demasiado; donde el diálogo y la discusión de las estrategias a seguir son sustituidas por una prohibición a cuestionar, y donde recibes más descalificación que impulso... entonces ve tu a saber que servicio te vendieron, pero eso no es coaching.

Es más un ejemplo de Publicidad Parasitaria, donde se utiliza un concepto que ya está posicionado o apreciado dentro del mercado, para sustituirlo por algo nuevo que por si mismo no alcanzaría el mismo nivel de prestigio.

Este ¿coaching? despersonalizado y multitudinario recibe el nombre de #CoachingCoercitivo y está prohibido en distintos países de América, aunque no en Mx... por lo que muchos egresados de estos cursos, acaban naufragando en la consulta de psicoterapeutas profesionales que les ayudan a sanar las heridas emocionales ocasionadas por este tipo de experiencia tóxicas.

Tangencialmente, el Coaching Coercitivo recibe en Mx tanta difusión, que la gente ha llegado a creer que eso es coaching, sin saber diferenciar al gato de la liebre.

Por eso: si no es personalizado, si no te bombardean de preguntas que te hacen reflexionar, si no te ayudan a operacionalizar tus objetivos ni te dan seguimiento o acompañamiento... si no se saben ni tu nombre, entonces eso no es coaching. Checa a través de Google esto que te menciono, no te quedes con la duda.