
Es de buena suerte dejar de correr y conectar con nuestros sentidos en eso que vamos haciendo a cada momento, disfrutando los procesos por encima de los resultados.
También es de buena suerte mantener una actitud de apertura para conocer personas nuevas y establecer nuevas relaciones, nutrirlas y dar oportunidad de que agreguen valor inesperado a nuestra vida.
Es de buena suerte creer que todo tiempo futuro será mejor...
Por el contrario, es de mala suerte rehuir de las personas, enfocarte en tus carencias, negastearse y esperar lo peor de la vida... porque precisamente eso es lo que vamos a obtener. ¿Es cosa del karma?, ¿es la ley de atracción? Como diría Elsa Punset: no, no es magia, es inteligencia emocional.
En términos generales, la inteligencia emocional te permite elegir dónde queda mejor posicionar tu atención, hace posible que obtengas los máximos resultados con el mínimo de los esfuerzos y genera un escenario nutritivo a tu alrededor para que puedas enriquecer tu vida. La inteligencia emocional da buena suerte.
¿Qué es la suerte? Probablemente no hay persona que no haya sentido alguna vez que el universo conspira a su favor, que anda como en racha, sintonizada o sintonizado con los eventos que suceden a su alrededor. A eso podemos llamar #suerte, a esos momentos en que la vida se nos simplifica maravillosamente. ¿Quién le diría que no a una condición como esta?
Si sientes que eres alguien sin suerte, para quien la Ley de Murphy es el pan de cada día, que vivir para ti es ir cuesta arriba y que de poner un circo seguro a ti te crecen los enanos... entonces te urge entrenarte en inteligencia emocional.
Si, no dije que necesites “aprender”, digo que necesitas “entrenarte”, igual a como te esforzarías gradualmente en el gimnasio o para alguna competencia. Si hay quienes entrenan su cuerpo, ¿porqué no habrías tu de entrenar tus emociones?
Richard Wiseman te sugiere utilizar una bitácora donde vayas trabajando día a día tus emociones, porque arrastrar el lápiz es un acto poderoso que logra sintonizar tus recursos neurológicos en la dirección en que apunta tu mente.
Consigue un cuaderno o libreta que haga match contigo, unos lápices o bolígrafos de colores que pinten bonito y un bloque de post-its pequeñas. Ese es tu equipo de entrenamiento, va a constituir una extensión de tu corteza cerebral para desarrollar una gestión más óptima de tu sistema límbico. Hay (neuro-) ciencia detrás de esto, nadie se lo está sacando de la manga.
Como una primera fase de tu entrenamiento, dedica un momento de 5 a 10 minutos para escribir una reflexión al final del día, cada día. Por ejemplo, escribe 3 cosas que agradeces, o bien, redacta una nota de agradecimiento para alguien que aportó de manera significativa a tu vida.
Convierte tu bitácora en ese depósito donde puedes escribir tus preocupaciones para descargar sobre el papel la ansiedad o el estrés que de otra forma te llevarías a la almohada.
¿Porqué tu bitácora es un entrenamiento en inteligencia emocional? Porque conforme le dediques tiempo, notarás que te resulta más sencillo gestionar tus emociones para sacarle mejor provecho a la vida, porque será más fácil que centres tu atención en lo constructivo y dejes de lado las distracciones tóxicas, tendrás relaciones más satisfactorias, te llevarás mejor contigo, y si, vas a tener mejor suerte.
Conforme avances en tu entrenamiento, notarás que parecerán surgir más oportunidades a tu alcance, conocerás personas interesantes, lograrás tus metas más pronto y con menos escuerzo... serás más feliz, y conectarás con lo importante que es la felicidad.
Puedes buscar un coach en bienestar emocional, puedes investigar por tu cuenta, puedes improvisar, invitar amigos a entrenar contigo... lo importante es que le dediques frecuencia y regularidad a tu #entrenamiento. ¿Empezarás hoy mismo?
Te comparto 7 reflexiones que puedes incluir en tu Bitácora:
- lunes: escribe 3 cosas por las que sientes agradecimiento, agregando el modo con el que han contribuido a que tu vida sea una mejor experiencia para ti
- martes: describe una experiencia buena que hayas tenido recientemente; no dediques más de 10 minutos
- miércoles: para dirigir tu mente hacia tus objetivos, escribe esta noche cómo te gustaría que fuera el futuro (si estuviera solo en tus manos y dentro de lo realizable)
- jueves: depresión y gratitud no se llevan... así que redacta una nota de agradecimiento para una persona a la que admiras, reconociendo el papel que ha jugado en tu vida
- viernes: escribe 3 cosas que te sucedieron en la semana y que te hayan hecho sentir bien... procura irte a dormir con esta reflexión en mente
- sábado: anota 3 cosas de esta semana por las que puedes felicitarte al haberlas hecho mejor que en otras veces... porque generalmente no atesoramos estas experiencias acerca de uno mismo
- domingo: termina tu día escribiendo desafíos que finalizaste esta semana, digamos: 3 pendientes que venías arrastrando últimamente y que no serán ya una preocupación para ti
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