sábado, 22 de febrero de 2020

Feminicidios

El termino “feminicidio” no surgió porque universalmente necesitemos nombrar este tipo de asesinatos, muy probablemente, de hecho, tu no lo necesitas; pero en ciertos contextos, era imperativo que se definiera de forma específica este tipo de crímenes.

En el contexto legislativo, es importante diferenciar este tipo de asesinatos de otros, porque tienen un patrón muy específico, y si identificamos cómo se desarrolla este patrón, pueden desarrollarse estrategias puntuales para obstaculizar alguno de los pasos que llevan hacia la específica muerte de una mujer.

En este contexto, la precisión y el detalle al definir un fenómeno, ayudan a que la estrategia sea más efectiva. O al menos en teoría…

En el contexto antropológico y sociológico, y probablemente también el psicológico, es importante distinguir los “feminicidios” de otros tipos de asesinato por la misma razón, dado que estas disciplinas de estudio pueden abordar los patrones sociales que llevan a la muerte de las mujeres, y nuevamente, el tener una definición puntual y precisa, realmente puede ayudar a generar estrategias más efectivas para atacar esta modalidad de asesinato o “conducta sociopática”.

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Feminicidios

El termino “feminicidio” no surgió porque universalmente necesitemos nombrar este tipo de asesinatos, muy probablemente, de hecho, tu no lo necesitas; pero en ciertos contextos, era imperativo que se definiera de forma específica este tipo de crímenes.

En el contexto legislativo, es importante diferenciar este tipo de asesinatos de otros, porque tienen un patrón muy específico, y si identificamos cómo se desarrolla este patrón, pueden desarrollarse estrategias puntuales para obstaculizar alguno de los pasos que llevan hacia la específica muerte de una mujer.

En este contexto, la precisión y el detalle al definir un fenómeno, ayudan a que la estrategia sea más efectiva. O al menos en teoría...

En el contexto antropológico y sociológico, y probablemente también el psicológico, es importante distinguir los “feminicidios” de otros tipos de asesinato por la misma razón, dado que estas disciplinas de estudio pueden abordar los patrones sociales que llevan a la muerte de las mujeres, y nuevamente, el tener una definición puntual y precisa, realmente puede ayudar a generar estrategias más efectivas para atacar esta modalidad de asesinato o "conducta sociopática"

martes, 18 de febrero de 2020

Amar y querer no es igual

Casi todos sabemos querer, pero pocos sabemos amar. Y es que amar y querer no es igual, ¿amar es sufrir…? No, ahí si espéreme tantito, señor don Príncipe de la Canción.

José José le atinó cuando señalaba diferencias entre estas dos acciones románticas; aunque sin duda, me niego a reconocer que “amar es sufrir”, o que digamos que todo el tiempo “querer es gozar”; o dime tu, ¿porqué sucede que muchas personas pasan la vida persiguiendo un ideal romántico y cuando lo encuentran, inician un vía crucis de inseguridades y ansiedad?

…y es que amar y querer no es igual.

Yo puedo querer como quien quiere un auto, una playera, un vaso de agua o cualquier cosa, circunstancia, persona, flor o fruto que le venga haciendo falta a mi vida. Queremos desde la necesidad (que luego nos lleva a la necedad) o desde nuestras carencias; y cuando nos vinculamos afectivamente con aquello que satisface lo que necesitamos, lo hacemos porque nos es de utilidad.

Amar y querer no es igual

Casi todos sabemos querer, pero pocos sabemos amar. Y es que amar y querer no es igual, ¿amar es sufrir...? No, ahí si espéreme tantito, señor don Príncipe de la Canción.

José José le atinó cuando señalaba diferencias entre estas dos acciones románticas; aunque sin duda, me niego a reconocer que "amar es sufrir", o que digamos que todo el tiempo "querer es gozar"; o dime tu, ¿porqué sucede que muchas personas pasan la vida persiguiendo un ideal romántico y cuando lo encuentran, inician un vía crucis de inseguridades y ansiedad?

...y es que amar y querer no es igual. Yo puedo querer como quien quiere un auto, una playera, un vaso de agua o cualquier cosa, circunstancia, persona, flor o fruto que le venga haciendo falta a mi vida. Queremos desde la necesidad (que luego nos lleva a la necedad) o desde nuestras carencias; y cuando nos vinculamos afectivamente con aquello que satisface lo que necesitamos, lo hacemos porque nos es de utilidad.

Es decir que desde el "querer", no quiero a la otra persona por las características que le definen, le quiero por las que, de modo francamente narcisista, me definen a mi: estos espacios vacíos míos, anhelando ser llenados.