Tratando de enseñarle a los humanos la cualidad de ser resistentes, los dioses antiguos pidieron que los Robles del bosque, le enseñaran su dureza a la mitad de la humanidad.

Pero Gaia era sabia, y a diferencia de los antiguos, ella encomendó esta tarea a los Juncos en el río, para que enseñaran a ser resistentes a la otra mitad.
Es por eso que en la vida, vas a encontrarte dos tipos de personas: la Gente del Roble y las Personas de Junco.
Los hombres y mujeres del Roble aguantan los vientos fuertes sin doblarse ni resquebrajarse; en tanto que las Personas de Junco se doblan hacia la tierra al soplo de la más ligera brisa, y cuando el viento amaina se yerguen nuevamente.
La Gente del Roble aguanta decenas de huracanes sin doblarse ni romperse; pero las Personas de Junco se dobla hacia la tierra al soplo del menor huracán… para después erguirse nuevamente.