lunes, 27 de febrero de 2012

Los 3 caminos a la seducción

En el antiguo arte de la seducción, cada quien se hace sus mañas, y tomando en cuenta que la primavera esta a la vuelta de la esquina, todos y todas vamos desempolvando nuestro arsenal erótico para lograr las mejores conquistas sexuales del año. ¿Estás lista o listo para la cacería?

Efectivamente, es en primavera cuando el cuerpo humano responde mejor a los estímulos sexuales, pero es un hecho que no todos le respondemos igual a lo mismo: yo respondo mejor a lo visual, puede que tu más a lo auditivo, y alguien más a lo kinestésico. Cada persona va habituándose a favorecer alguno de sus sentidos en la tarea de conectar con el mundo a su alrededor, particularmente el oído, la vista y el movimiento físico (lo kinestésico), y de ahí también obtiene fuentes de placer y gozo.

Más despacio: si cuando vas al cine te fijas más en los efectos especiales que en la banda sonora de la película, eres definitivamente más visual que auditivo; pero si lo más emocionante de ella fueron las secuencias de acción que el argumento o su propuesta estética, entonces lo tuyo es más kinestésico. ¿Y tu pareja cómo es? Una chica auditiva disfruta mucho escuchando música, alguien más visual frecuentaría museos de arte; el kinestésico se la pasa en acción, quizá bailando o ejercitándose, porque le causa placer moverse.

Llevémoslo ahora al terreno de la seducción: ¿cómo seduces a alguien que has notado, se apoya más en lo visual? A él o ella le seduces a través de sus ojos, con la mucha o poca ropa que llevas, con el tono de las luces donde están, con los colores que hay en la habitación. A alguien auditivo le atrapas con palabras o con música. Para los kinestésicos y las kinestésicas está directamente el contacto físico, pero sutil: baila con ellos, dales un masajito, acompaña la conversación con una caricia o dos, lánzate a hacer ejercicio con ellos, etcétera.

En el desarrollo de juegos sexuales también conviene distinguir entre lo visual, lo kinestésico y el estilo auditivo: quien es visual posiblemente le agradará verte con algún disfraz como de enfermera, podría ver películas eróticas mientras tiene sexo contigo o pasarlo muy bien cuando le regales un striptease. Para alguien kinestésico podrías permitirle tocarte en el preludio al acto sexual, quizá mediante un masaje, quizá dárselo tu; quizá si aguantan, una lucha erótica sea excelente preludio, o un baile con sus cuerpos suficientemente pegaditos.

¿Probarías vendarle los ojos y acariciarle con plumas a lo largo y ancho de su anatomía?, podrías emplear velas especiales que no están hechas de parafina (sino de aceite aromático que no causa quemaduras) para generar sensaciones cálidas sobre su piel. A quien es auditivo podrías vendarle los ojos y decirle cosas al oído; o poner música sensual en el ambiente. ¿Qué tal llamarle a medio día y platicarle con un cachondo lujo de detalles lo que planeas hacer esta noche cuando le veas?, jugar a la hot-line o usar lenguaje “sucio” también puede ser una buena alternativa.

¿Y tú?, si ya ubicaste de cuáles maneras podrían seducirte, ¿qué tal si le hicieras algunas sugerencias a tu pareja en turno?; sin lugar a dudas también se vale ponerse flojito o ponerse flojita y disfrutar. Si tu pareja en turno no tiene idea de cómo llegarte y hacerte sentir bonito, aquí tienes una forma de explicarle de que manera puede ingeniárselas para seducirte.

Una psicoterapia de enfoque humanista y sistémico, diverso y sensible al género: T+C

Los 3 caminos a la seducción

En el antiguo arte de la seducción, cada quien se hace sus mañas, y tomando en cuenta que la primavera esta a la vuelta de la esquina, todos y todas vamos desempolvando nuestro arsenal erótico para lograr las mejores conquistas sexuales del año. ¿Estás lista o listo para la cacería?

Efectivamente, es en primavera cuando el cuerpo humano responde mejor a los estímulos sexuales, pero es un hecho que no todos le respondemos igual a lo mismo: yo respondo mejor a lo visual, puede que tu más a lo auditivo, y alguien más a lo kinestésico. Cada persona va habituándose a favorecer alguno de sus sentidos en la tarea de conectar con el mundo a su alrededor, particularmente el oído, la vista y el movimiento físico (lo kinestésico), y de ahí también obtiene fuentes de placer y gozo.

Más despacio: si cuando vas al cine te fijas más en los efectos especiales que en la banda sonora de la película, eres definitivamente más visual que auditivo; pero si lo más emocionante de ella fueron las secuencias de acción que el argumento o su propuesta estética, entonces lo tuyo es más kinestésico. ¿Y tu pareja cómo es? Una chica auditiva disfruta mucho escuchando música, alguien más visual frecuentaría museos de arte; el kinestésico se la pasa en acción, quizá bailando o ejercitándose, porque le causa placer moverse.


domingo, 5 de febrero de 2012

Los amorosos… y el fantasma del SIDA

Para muchas personas, lograr una relación de pareja exitosa es un tópico crucial en el camino a consumar sus proyectos de vida; claro que para muchas otras hay temas más trascendentales hacia los cuales dirigir su atención. No todo el mundo busca estar en pareja, y entre quienes sí eligen este estilo de vida, tampoco todos, ni todas enfrentamos los mismos retos en el camino.

Imagina por ejemplo, que vives con VIH. Pongamos que el proceso de aceptación de tu seroestátus ya está resuelto y no te causa bronca vivir con el virus; ya sabes que muy probablemente no vas a morirte y estás en paz contigo porque sabes cómo cuidarte y te has estado poniendo las pilas para tener una excelente calidad de vida. ¿Qué es lo que sigue?, pues probablemente si tu proyecto de vida está configurado así, lo que sigue es encontrar alguien con quien hacer pareja.
Viene entonces un reto nuevo: ya que conociste a un buen candidato o una buena candidata para iniciar la relación, ya que has avanzado lo suficiente y empiezas a sentir bonito con su presencia, te preguntas en qué momento y de qué manera le vas a decir que vives con el virus del VIH. ¿Y si se espanta?, ¿y si te rechaza? La incertidumbre es tal, que son muchas las personas portadoras del virus que prefieren no arriesgarse al rechazo y evitan iniciar cualquier relación para no salir lastimados, pese a tener esta habitual necesidad de integrarse a una pareja.

Nadie está obligada u obligado a “confesar” su estado serológico; si bien sí tiene la estricta obligación de vivir su sexualidad responsablemente y con su kit de sexo protegido bien a la mano (con condón incluido). Entonces, cuando alguien le dice a otra persona que es portadora del virus, está en realidad ejerciendo un acto de suma confianza para ella, poniendo en manos de esa persona un aspecto muy vulnerable de sí. 

Vaya reto para quien recibe ese obsequio; ¿tú qué harías?, se vale desconcertarse y hasta asustarse, pero no se vale ser grosero y, cuando es el caso, tampoco se vale negarte la oportunidad de integrar a tu vida a una persona valiosa solamente porque él o ella vive con VIH. ¿Qué harías si por fin encuentras a quien sintoniza con tus pasiones y excentricidades, con tus valores, proyectos… pero que es portador del VIH?, ¿dejarías pasar la oportunidad?
Así como la palabra “seropositivo” se refiere a personas cuyo suero sanguíneo da positivo a las pruebas del VIH, “serodiscordante” implica la relación entre personas con diferente estatus serológico; o sea, en una pareja serodiscordante hay alguien viviendo con VIH y alguien que no, y en la práctica pueden mantenerse serodiscordantes indefinidamente. ¿Asusta la idea de tener una relación de pareja así? 

Te cuento: alguien que vive con el VIH puede llegar a viejo sin jamás enfermar de SIDA, y en el camino probablemente te enfermes más tú porque en una de esas, quizá no eres tan consciente y responsable como él del cuidado de tu salud; puedes vivírtela teniendo sexo con alguien que es portadora o portador del VIH sin jamás infectarte, siempre que tengas las mismas precauciones que “se supone” usualmente tienes cuando ejerces tu sexualidad. Por otra parte, ya sabes que el VIH no se transmite por un beso, un abrazo, un cachondeo ni situaciones por el estilo. Entonces, ¿a qué esperas?
Si estás en el proceso de tomar una decisión de este tipo, te invito a profundizar en este tema en los centros de atención en los que ofrecen consejería acerca del VIH; te recomiendo particularmente a la Clínica Especializada Condesa (calle Benjamín Hill 24, en la colonia Condesa de la Ciudad de México), googléala.
Una psicoterapia de enfoque humanista y sistémico, diverso y sensible al género: T+C

Los amorosos… y el fantasma del SIDA

Para muchas personas, lograr una relación de pareja exitosa es un tópico crucial en el camino a consumar sus proyectos de vida; claro que para muchas otras hay temas más trascendentales hacia los cuales dirigir su atención. No todo el mundo busca estar en pareja, y entre quienes sí eligen este estilo de vida, tampoco todos, ni todas enfrentamos los mismos retos en el camino.

Imagina por ejemplo, que vives con VIH. Pongamos que el proceso de aceptación de tu seroestátus ya está resuelto y no te causa bronca vivir con el virus; ya sabes que muy probablemente no vas a morirte y estás en paz contigo porque sabes cómo cuidarte y te has estado poniendo las pilas para tener una excelente calidad de vida. ¿Qué es lo que sigue?, pues probablemente si tu proyecto de vida está configurado así, lo que sigue es encontrar alguien con quien hacer pareja.

Viene entonces un reto nuevo: ya que conociste a un buen candidato o una buena candidata para iniciar la relación, ya que has avanzado lo suficiente y empiezas a sentir bonito con su presencia, te preguntas en qué momento y de qué manera le vas a decir que vives con el virus del VIH. ¿Y si se espanta?, ¿y si te rechaza? La incertidumbre es tal, que son muchas las personas portadoras del virus que prefieren no arriesgarse al rechazo y evitan iniciar cualquier relación para no salir lastimados, pese a tener esta habitual necesidad de integrarse a una pareja.