Karma 3: Ley de la Humildad

Puedo apostar contigo lo que sea, sobre un hecho que para mi es bastante contundente: todas y todos queremos cambiar. Y nos esforzamos mucho para intentarlo... el problema es que a veces "luchamos" por lograr ese cambio y a la postre, la batalla que peleamos resulta no ser la mejor estrategia.

Porque si luchas contigo para cambiar y ganas, entonces pierdes; y si luchando contigo mismo o contigo misma pierdes, entonces tal cual, perdiste. No hay forma de lograr algo cuando eres enemigo de ti mismo.

¿Has escuchado de la Tercera Ley del #Karma?, la llaman la Ley de la Humildad, que dice algo así como "rehusarse a aceptar lo que uno es, te aparta del camino que conduce al cambio". Y en efecto, en cada ocasión en que necesitas cambiar, el primer paso que debes dar es aceptar o aceptarte.

De hecho, para materializar el cambio necesitas: a) Observar, b) Aceptar, c) Cambiar.

Observar implica identificar las cosas como son, con sus pros y sus contras para reconocer su potencialidad oculta. Aceptar es reconocer que muchas veces es la circunstancia o el contexto lo que hace que algo parezca ser malo. Y finalmente Cambiar, es llevar la cosa a una versión más óptima de si misma, dentro del proceso de su continua evolución.


Cambiar no es descalificar lo anterior, lo mismo que Aceptar no implica resignarse. Las cosas son como son: ni buenas ni malas... pero eso no significa que no puedan ser mejor.

¿Has pensado hacer las paces contigo antes de pretender cambiar?

En mi trabajo como terapeuta, frecuentemente he conocido a personas que luchan en contra de sus propias emociones, duplicando así el trabajo que tienen que hacer con ellas y con ellos mismos. Es decir, no solamente tienen que enfrentar la tarea de aceptar las emociones que experimentan, sino además estarán en la necesidad de resolverlas tarde o temprano.

Si directamente aceptáramos que tenemos el derecho de sentir lo que sentimos, la labor de gestionar nuestras emociones entonces, sería mucho más sencilla.

Aceptar es... no solamente dejar de pelear con nosotras y nosotros mismos, sino reconocer con Humildad que no poseemos la verdad última del universo. Que varias formas de hacer y actuar pueden funcionar igualmente, que lo que a uno le parece malo, no a todos tiene que parecerles de la misma manera.

No vaya a ser que al final, hasta lo que no te comes te haga daño, porque la incapacidad de aceptar con Humildad nos conduce al sufrimiento.

Aceptar es soltar y no ir arrastrando las experiencias que nos hicieron daño en algún momento del camino. Es reconciliación y también saber elegir con qué causas te comprometes; compromisos que realmente sean constructivos y no lastre. Aceptar es no andar de pleito contigo ni con el mundo... es viajar amigable, sintonizado y ligero. 🎈🎈

Y cuando con #Humildad renuncias a la falsa responsabilidad de juzgar y de juzgarte, consigues esa sintonía con la naturaleza cambiante de la vida. Además, tu existencia se simplifica.

No hay comentarios.:

Me interesa conocer tu opinión, escríbela y te responderé en breve: