No te derrumbes

Cuando una catástrofe sucede cerca de ti o te ocurre directamente a ti, tus pensamientos probablemente se van a enganchar con las circunstancias que te rodean. El peligro es que con ellos alimentarás las emociones de zozobra, desesperanza y miedo.

...para¡! 

Da una palmada con tus manos y para, o grita DETENTE¡! y frena los pensamientos que pueden llevarte a emociones mas oscuras que nublen tu estado de ánimo y obstaculicen tus procesos de toma de decisiones.

Tendemos a futurizar, a creer que "esto" es lo peor que nos pudo haber pasado, y que ya nada será lo mismo… pero recuerda, nada dura para siempre: las cosas malas no duran para siempre, y las cosas buenas tampoco. No es algo personal, probablemente no se trata de que la vida te esté castigando ni nada por el estilo, es solo que las cosas malas suceden, y hoy lamentablemente te sucedió a ti.

Vigila que tus emociones correspondan no solamente a lo que está sucediendo, y sin ir más allá de lo que ocurre, alimentando escenarios todavía más catastrofistas... sino además, vigila que tus emociones sean lo que mejor te conviene sentir, para operacionalizar las mejores estrategias de sobrevivencia, o para la reducción del daño.


¿Te conviene derrumbarte justo ahora?, ¿te conviene entregarte al desconsuelo en este momento?; ¿quién se va a hacer cargo de ti mientras te entregas a la desesperanza? Se consciente de que acerca de tus emociones estás tomando decisiones.

No siempre podemos elegir todo cuanto nos sucede, pero en cada momento de nuestras vidas podemos elegir cómo abordamos eso que sucede... y las posturas emocionales desde las cuales las afrontamos.

Primero respira... o ponte un tapabocas de cono y después respira.

¿Con qué información es la que cuentas?, ¿qué sabes a ciencia cierta? Toma tus decisiones más firmes desde ese conocimiento objetivo. ¿Qué crees que pueda pasar?, ¿qué intuyes o te imaginas? Toma previsiones con cautela desde estas creencias, pero recuerda que todavía son conjeturas.

¿Qué te dice tu miedo? Observa todo cuanto el miedo te sugiera, porque si actúas en consecuencia de estas creencias, posiblemente lo único que obtengas sea preservar al miedo mismo.

Vigila de dónde proviene la información que te mueve a actuar: identifica si proviene de lo que tus sentidos obtienen del entorno, si provienen de tus reflexiones, o de tus emociones. Cada tipo de información debe de manejarse de una manera distinta, y en todos los casos cuidando de no actuar con impulsividad.

Para¡!, respira... observa.

Solicita consejo a las personas que tengas a tu rededor. Permítete auxiliarte en la toma de decisiones importantes, para que tengas mayor certeza de que no estás actuando por impulsividad o desde el miedo. Recuerda que dos cabezas, o tres, o cuatro… piensan mejor y tienen mayor objetividad que una sola.

Vas a estar bien. Estas aquí, tienes una vida que continúa, y todo lo que hayas perdido lo volverás a construir. Ya lo hiciste una vez, lo harás de nuevo. ¿Crees en ti?, ¿crees en lo que eres capaz de lograr?

En tu vida has sido capaz de construir cosas grandiosas, de realizar acciones que nadie más haría con la facilidad con que tú lo hiciste. ¿Por qué no podrías hacerlas de nuevo?, ¿porque no podrías volver a ser alguien excepcional?

No permitas que un mal evento te haga olvidar quien eres y de lo que eres capaz.

Es momento para que resurjas de tus cenizas, y no hay mejor oportunidad que ésta para demostrar al mundo de todo de cuanto eres capaz... adelante¡!, que una nueva etapa de tu vida te espera.