Sobreviviendo a la catástrofe

Es normal que después de un evento desafortunado, tengas un gran sentimiento de desesperanza alimentado por la impotencia. Como psicoterapeuta, yo te recomiendo combatir de raíz esas emociones tóxicas para que no estorben a tu toma de decisiones y tu capacidad de evaluar el desarrollo de los eventos.

¿Cómo?

...no des por hecho los rumores. Coteja en google u otros buscadores toda la información relevante que recibas a través de redes sociales o servicios de mensajería. Si es importante, seguramente hay ya una noticia al respecto; si no la hay, es nada más un rumor.

...busca el modo de ayudar: ya sea en brigadas, en centros de acopio o en albergues, también puedes revisar en casa qué objetos, ropa o alimentos puedes donar y etcétera. Cuando ayudamos, reafirmamos nuestro poder para tomar cartas en el asunto y abandonamos el rol de víctimas, reduciendo claramente nuestra sensación de impotencia.

...no participes en conversaciones catastrofistas, no necesitas alimentar tus creencias negativas o las de alguien más: ¿que si va a haber otro sismo?, ¿que si se va a venir abajo la torre Latino? Si no hay fundamento para lo que vas a conversar, si no es de utilidad, si no es positivo, mejor platica acerca de conejitos pachones o el más reciente partido de fútbol.


...dimensiona tus miedos: ¿temes quedarte sin casa, pero no ves grietas en tu edificio?, ¿temes quedarte huerfanito, pero tus papás están perfectamente? Aterriza tus temores, identifica qué es lo que te mantiene asustada o asustado y racionaliza la creencia que te está perturbando: infórmate, abre tus sentidos, evalúa tu entorno y no conjetures.

...solicita apoyos en medida de lo posible: que las autoridades como Protección Civil o Servicios Médicos diagnostiquen los daños, que personas más calmadas te auxilien en la toma de decisiones, que alguien a quien tu aprecias te abrace. Recordemos el tremendo valor sanador del contacto físico en situaciones como esta.

Abrazo grupal¡!

...construye un aprendizaje¡!, probablemente esta situación no surgió para enseñarte nada, pero tú puedes utilizarla para adquirir un aprendizaje del cual extraer mayores fortalezas para el futuro. ¿De qué te sirve esta experiencia?, ¿qué vas a hacer de una mejor manera en el futuro?, ¿cómo evolucionarán tu y los tuyos a partir de este momento?

Frente a cualquier evento, siempre podremos llevar a cabo algún tipo de acción que satisfaga nuestra propia percepción de estar en cierta medida a cargo.

La peor elección que podemos hacer es permanecer de manera pasiva a la deriva de los acontecimientos: ni claudicar, ni renunciar. Este estilo de abordaje negativo alimenta la (auto) percepción de indefensión y te predispone al trauma.

Así que mírate a un espejo y pregúntate ¿qué puedo hacer? ...porque siempre estarás en condiciones de hacer algo.