Pareja: La comunicación sin palabras

Y ahora, en nuestra sección de "Cómo construir una Relación de pareja y no matarnos (mutuamente) en el intento", traemos para usted la única, la exclusiva, la nunca bien ponderada Regla no. 4 de sobrevivencia romántica, que viene diciendo algo más o menos así: en la comunicación entre dos personas es tan importante el Lenguaje Verbal como el Lenguaje No Verbal.

A poco no te ha pasado encarar los reproches de tu pareja porque a según, jamás le expresas cuánto le amas, o ya no lo haces tan a menudo como antes... y tú le dices "¿pero que tú te piensas que si no te amara estaría aquí viviendo contigo?", "¿si no te amara te estaría lavando tu ropa?", "aguantaría a las borrachotas de tus amigotas?”.

También existe la opción de que quien anda chipil, seas tu y necesitas que te digan “te quiero” mas a menudo; acéptalo.


Las acciones que realizamos para las o los demás, tienen múltiples interpelaciones posibles y se puede entender de ellas lo que sea. Por ejemplo, si le haces la ley del hielo, ella puede asumir que andas muy reflexivo y puede elegir darte tu espacio, o el puede interpretar que la situación se te resbaló sin mayor relevancia... aunque por dentro, tu juras estar emitiendo en silencio un mensaje super evidente. Según tu.

Solo tú sabes exactamente porqué haces las cosas, y uno no está para andarte adivinando, como diría sabiamente mi abuela. Por eso el psicólogo Paul Watzlawick enfatizaba que si quieres que lo que te interesa expresar llegue con claridad al entendimiento de tu interlocutor, vas a necesitar decírselo con todas - sus - palabras.

Porque probablemente, la necesidad de expresarse es tuya; el o ella no necesita o no sabe que necesita la información que planeas transmitirle inesperadamente y con acertijos.

En la comunicación interpersonal, los actos (Comunicación Analógica) y las palabras (Comunicación Digital, como les llama Watzlawick) contribuyen por igual a la dinámica de las relaciones. Por actos entendamos las decisiones que tomamos o los gestos que hacemos mientras hablamos, el tono de la voz, las muecas... el que tus contactos de Facebook le den "Me Gusta" a tu publicación, en lugar de tomarse el tiempo de escribir un comentario que complemente bien bonito tu texto, y así...

Y también están por supuesto, las palabras que elegimos para comunicar lo que pensamos o sentimos hacia los demás. Aunque quizá te habrá pasado, que en ocasiones las palabras no te alcanzan para expresar lo que es tan tremendamente específico que deja corto al vocabulario. Es ahí donde la comunicación no verbal llega al rescate: los gestos, las caricias, los besos, los apapachos bien sabrosos... mejor ya de una vez, vámonos a hablar de sexo.

En las relaciones de pareja (y en esta categoría queda bien incluir igualmente toda forma de pareja sexual), el erotismo posee su propio código de comunicación analógica o no verbal que manifiesta sentires, afectos y placeres, mismos que a través de las palabras no encontrarían una expresión plena. El erotismo en general y el acto sexual en lo particular, vienen siendo un íntimo intercambio de mensajes que aproxima a las personas de una manera en que la comunicación verbal cotidiana, difícilmente lo conseguiría.

En los afectos, a veces las palabras sirven para no entenderse.

Es por eso que en una relación de pareja donde la expresión erótica no verbal se ha interrumpido, también se traba la transacción libre de los afectos, y quienes están involucrados en esta dinámica, se van progresivamente distanciando emocionalmente. Pueden utilizar todas las palabras de un muy florido vocabulario, y de cualquier modo, les va a quedar algo importante sin decir.

En algunos casos, tan frecuentes que probablemente a cualquiera nos ha pasado, en la comunicación erótica no verbal, se trasminan mensajes que no quisiéramos comunicar, tales como "no, aún no te perdono", o "estoy desconfiando de tu honestidad", y que habiendo elegido no expresarlos con palabras, los dejamos escapar en una caricia por compromiso o en un apapacho que hubiera sido habitual, pero que en esta ocasión cobra sutilmente un tono distinto.

¿Distinto cómo?, es difícil describirlo... quizá reside en que la presión de la caricia fue tres puntos superior, o el contacto con su piel un segundo más breve, pero el mensaje no verbalizado fue recibido y nos replegamos haciendo distancia, interrumpiendo el intercambio de mensajes que no estaría siendo grato. Por esta razón, muchas parejas que van acumulando temas que no se hablan, ven su erotismo interrumpido. Básicamente, porque de momento sus caricias no tienen nada amable que decirse.

A veces elegimos, sin saber que hemos elegido, que nuestro erotismo guarde silencio.

Entonces, la clave es realmente hablar mediante tooodas las palabras necesarias, de lo que unos u otras traemos atorado: las desconfianzas, los rencores o las dudas, con el fin de rescatar el lenguaje no verbal del erotismo en la dinámica de pareja. Porque en la cotidianidad, la comunicación verbal y la no verbal, la digital y la analógica están entrelazadas, siendo una el andamiaje de la otra y retroalimentándose constantemente.

Queda pues, la Regla no. 4 de su manual de bolsillo levemente sacado de la manga para el bienestar de su relación de pareja, como: nunca olvides que las palabras son tan necesarias como las acciones, o bien, si descubres de repente, que las palabras te quedan chiquitas para decir un gran "te quiero", entonces cierra la boca y regala un fuerte abrazo. ...algo así.

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