¿Qué es lo tuyo, coaching o psicoterapia?

En los últimos años en los que el coaching se ha puesto de moda, he escuchado con frecuencia que a esta disciplina se la define como "no es psicoterapia", contribuyendo a puntualizar que efectivamente el coaching no es psicoterapia, pero sin aclarar lo que diferencia a detalle al uno de la otra.

Así que, respondiendo a esta imperiosa demanda que en realidad nadie formuló, procedo a explicar la diferencia entre tres de los formatos del desarrollo humano que existen en el mercado: coaching, psicoterapia... y la consejería, ya de paso.

El coaching es una disciplina que ha venido posicionándose de forma creciente en los últimos veinte años. Su objetivo es ayudar a la persona que ha solicitado el coaching, a formular un objetivo específico, las estrategias adecuadas y el conjunto de pasos que conducen al logro de esas estrategias. El coach te va acompañando activamente a lo largo de este proceso. Se trata de una disciplina muy operativa, donde cada movimiento necesita ser específico, concreto y medible, de modo que las personas que participan en este proceso, tengan en claro el ritmo de avance que van obteniendo.

Por su parte, el coach es un profesional que te escucha, te da alternativas para que seas tu quien defina los objetivos, cuestiona algunas de tus creencias y te presiona para que vayas más allá de algunos de tus límites. En el buen coaching tienes una noción clara de cuanto avance obtienes con la magnitud de cada uno de tus esfuerzos.

Si quieres abundar un poco acerca de los fundamentos del coaching, busca libros de programación neurolingüística y de ontología del lenguaje. También vienen muy al caso, algunos textos del psicólogo Carl Rogers.

Para hablar de la psicoterapia, en cambio, hay que hablar del antiguo estilo y el nuevo. Sucede que en los años setenta la psicología en general tuvo un quiebre epistemológico... es decir, en el modo en que definía sus conceptos y la metodología con la que construía estas definiciones, y con esto vino una transición que movió de lugar el ejercicio de esta ciencia humana.

En la antigua psicología, por así llamarla, la percepción de la psicoterapia equivalía a considerarla el único negocio donde el cliente nunca tiene la razón. Y entonces tenías terapeutas que rayaban en lo invasivo porque creían conocer tus propios procesos mentales mejor que tu misma o tu mismo. El concepto del "inconsciente" freudiano, les daba la autorización para descalificar cuanto tuvieras a bien expresar, y a imponerte conceptos que en otros contextos no te hubieras permitido aceptar. Era un formato donde todo se relacionaba con el pasado, se parecía mucho o equiparaba incluso al psicoanálisis, y podía ser un proceso tan extenso que durara muchos años.

¿Cuál es la diferencia entre la psicoterapia y el psicoanálisis? Recuérdame escribir un día otro texto acerca de eso.

En el nuevo estilo de la psicología práctica, se cuida mucho de que la psicoterapia no sea un contexto de abuso contra el paciente, e incluso, se cuestiona mucho si quien solicita la psicoterapia es realmente un "paciente" o si está enfermo. Para este nuevo enfoque, no se necesita estar loco para asistir a terapia, dado que hay quienes buscan este proceso para actualizar el conocimiento que tienen de si mismos o de si mismas, permitirse una mejor relación con su historia de vida o con su realidad circundante y, en ocasiones, también para auxiliarse en el proceso de tomar decisiones; aunque esta última posibilidad frecuentemente cae más atinadamente en el terreno de la consejería.

Así, mientras que el coaching persigue alcanzar objetivos concretos, la psicoterapia va mas por metas simbólicas y abstractas.

Desde los años setenta, decía yo, para el ejercicio de la psicoterapia se abrió la posibilidad de reconocer que existe más de una manera mediante la que puede llegarse al bienestar, así que los viejos modelos de terapia se fueron combinando, bifurcando, multiplicando e independizando, generando decenas de variantes para el desarrollo humano como el mismo coaching y el counseling o consejería.

Por eso en las psicoterapias de hoy en día, encuentras desde muchas diferencias entre los muchos modelos que hay, hasta bastantes similitudes con el coaching. En general, en el desarrollo de las nuevas psicoterapias, encuentras un vinculo teórico con la terapia breve, un modelo que tiende a durar al rededor de 10 sesiones, una perspectiva humanista que reconoce los recursos y la sabiduría propias de la persona que asiste a terapia, y el cuidado para evitar la dependencia hacia el terapeuta.

El terapeuta te guía en la exploración de tu propio universo interior, para que al terminar cada etapa del proceso, seas más consciente de tus propios recursos para hacer frente a los retos; el objetivo es que evoluciones en un sentido trascendental y desde tus propios términos, sin imponer ni descalificar. Después de una buena psicoterapia, te percibirás mucho mejor persona, lo que sea que eso te signifique, de lo que eras antes de iniciar el proceso.

Si quieres saber más acerca del nuevo estilo de la psicoterapia, busca algún libro del terapeuta argentino Jorge Bucay, o lee algún texto acerca de gestalt aplicado en la vida cotidiana.

Finalmente, el último de la tercia es la consejería. Esta es la alternativa de desarrollo humano más breve, comparada con el coaching y la psicoterapia. Es decir, habitualmente la psicoterapia suele durar hasta un año, el coaching varios meses, y la consejería unas semanas.

En la consejería o el counseling, para quien se emocione con los anglicismos, tiene por objetivo orientar a las personas acerca de las situaciones que afrontan y les provee de una serie de opciones para que consigan resolverlas. El consejero o la consejera no tienen el contexto adecuado para brindarte un acompañamiento, como es el caso del terapeuta y especialmente del coach, por eso va a comunicarse contigo en pocas entrevistas, desde una postura crítica y muy centrada en el problema que expones; va a poner a tu disposición la información pertinente e incluso, los medios para que tu mismo o tu misma, vayas luego a buscar más información.

Este es el contexto de desarrollo humano donde puntualmente puedes recibir más consejos, cosa que no se da tanto en la psicoterapia o el coaching. El consejero va a tratar, sin embargo, que la orientación que te de, no sea impositiva ni limite tus alternativas; frecuentemente te va a dar de dos o tres alternativas para elegir: Sopa A, Sopa B, Sopa C y la que tu te inventes a partir de tu propio criterio y la información que has recibido. Y algo más importante aún: el consejero, lo mismo que el terapeuta o el coach, no esta ahí para juzgarte; puedes encontrar de su parte una postura crítica que califique tus acciones, pero evitando colocar etiquetas sobre tu persona.

Y así las cosas. Cuando pienses en buscar un apoyo para tu desarrollo personal, pregúntate si lo que quieres lo tienes muy bien definido. Si sabes perfecto lo que buscas, pero te faltan tips, busca consejería; si sabes lo que quieres, pero no ubicas cómo alcanzarlo, lo que necesitas es coaching; y si medio sabes lo que quieres, no ubicas bien cuales son tus recursos y más bien tu objetivo es más existencial, tiene que ver con tus emociones o alguna cosa más profunda, lo tuyo... lo tuyo, va a ser la psicoterapia.

Si estás en una situación de la que sabes poco, tal vez un buen punto de partida sea orientarte con un consejero calificado y de ahí quizá decidirte a darle seguimiento mediante otra alternativa de desarrollo humano.

En la práctica vas a encontrar profesionales que tal vez mezclen estas tres alternativas. Se vale perfectamente, siempre que lo que sea que hagan, esté a favor del proceso por el que se les ha buscado.