Piensas antiguas ideas

Pienso. ¿En que medida somos libres? Las ideas con las que hoy jugamos son restos fósiles de antiguos discursos que todavía nos definen. Tus ideas son mas viejas que tu...

¿Que la gente no cambia?, ¿que te desconcierta que algo no dure? Es que sigues creyéndole al viejo Parménides, el sofista griego que nos convenció de que la naturaleza de las cosas es permanecer. De él heredamos el miedo al cambio.

¿Tienes altísimas expectativas para ti y los tuyos?, ¿te frustra no alcanzar los altos estándares de lo ideal? Es que te intoxicaste con la metafísica de Aristoteles, y por eso no te permites simplemente ser. Su bonito legado es el perfeccionismo.

¿Te obligas a entender?, ¿crees que vales mucho no'mas por ser bien inteligente? Esa es filosofía vieja del amigo Descartes, que buscaba utilizar la razón para acceder a Dios. Por su culpa te devanas los sesos pensando hasta el insomnio.


Uno creyendo encontrar el hilo negro, y nada más les prestamos nuestros labios a las palabras de otros, que hablan a través de nosotros y nos imponen todavía, cientos de años, todavía su noción de la realidad.

Uno que creía no saber nada de filosofía, y sucede que la mayoría de nuestros problemas, son por habernos casado con discursos filosóficos de los que no tenemos consciencia. Qué ironías, ¿no?

¿Sabes de quién es lo que piensas?

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Platón estaba equivocado. No somos prisioneros atrapados en una caverna en cuya profundidad se proyectan sombras que confundimos con la realidad. Porque la realidad NO es una ilusión. La realidad no es la Matrix que mantiene nuestras mentes en una simulación permanente a la que llamamos vida.

La realidad es real, independientemente si tomamos la píldora azul o la roja. Es real pero no es sólida ni inmutable.

La realidad es esa estructura a la que le damos mantenimiento permanente a través de las cosas que decimos de ella. Somos como arañas, que tejen su realidad con lo que sale de sus bocas... o de sus dedos, directamente por la intermediación de un teclado hacia nuestras redes sociales.

En macro, la realidad obedece al modo en que decenas de miles de personas la describen; en micro, yo construyo mi realidad personal repitiéndome mentiras mil veces... o verdades. Realidades que funcionan o disfuncionan.

El modo en que hablo de las cosas determina la forma en que las percibo, y el modo en que las percibo, a su vez define el modo en que me relaciono con ellas. ¿Que cosas sabes del mundo sin lugar a dudas?, ¿que realidades alternativas te niegas, por aferrarte con desesperación a lo que crees saber? Eso en un nivel es tu realidad, y en otro es NUESTRA realidad.

Si creyéramos en que hay vida en Marte, eso sería real; que la Tierra es plana, que todos los hombres son iguales, que Mx va de mal en peor, que no hay esperanza, que la vida es dura... todo eso es real, hasta el momento en que dejamos de compartir esas creencias al respecto y generamos desde ese cambio acciones y elecciones distintas.

¿Porqué no, entonces, dejar de sufrir tanto por realidades que creemos que nos someten, y tejer mejor, otras más grandiosas realidades donde todos ganamos? Cambiemos de creencias... por un construccionismo responsable.