Cuando "lo peor" sucede

Viktor Frankl, quien desarrolló la logoterapia, decía que no puedes elegir todo el tiempo lo que va a sucederte, pero siempre puedes decidir con qué actitud vas a afrontar eso que te está sucediendo... o lo que te ha sucedido.

Ese hombre vivió preso en un campo de concentración, así que algo debe saber al respecto.

Shit happens. En el mundo que compartimos, a veces pasan cosas malas... ¿cómo encaramos esa posibilidad? A veces elegimos vivir con miedo a la espera de vernos envueltos en el peor de los escenarios, hipotecamos nuestra tranquilidad apostando a un control que jamás vamos a tener. ¿Vale la pena sufrir tanto por lo que podría, pero que en la actualidad no está pasando?

A veces, efectivamente lo ¿peor? sucede, y hay que encararlo porque evitarlo no dependía de ti ni de tus decisiones. Simplemente sucede. Pero si Frankl tiene razón, podemos elegir la actitud para afrontarlo: ¿cuál es la mejor actitud posible para reducir los alcances del daño?, ¿de qué manera preservo el mayor bienestar para mi y los míos?


Tenemos aliados internos que nos dan claridad emocional para actuar o esperar... esa sensación de irrealidad ante algo súbito es una de ellas, el verlo todo ajeno en tanto tomas tus decisiones acerca de lo que harás o no, por ejemplo, es una de ellas. Otra herramienta fundamental es simplemente observar, sin asumir ni dar por hecho nada: tal vez en este minuto no tengas idea de qué hacer, entonces espera al minuto siguiente, o uno más ...mayor información de lo que pasa a tu alrededor te abrirá más posibilidades.

En caso de un asalto, puedes elegir qué batallas valen la pena ser luchadas: ¿confrontarías una pistola por salvar tu iPhone?

Después el momento pasa. ¿Cuál es la actitud que vas a elegir para continuar con tu vida? En algunas ocasiones elegimos reprocharnos una y otra vez lo que hicimos o no durante el evento, en otras revivimos mentalmente las peores escenas para analizarlas y re - analizarlas buscando el sentido oculto de lo que sucedió. No necesariamente lo tiene, las cosas malas a veces suceden simplemente porque a alguien le tenía que pasar... y esta vez te pasó a ti.

¿Neta, crees que sirve quejarte en Facebook acerca de lo mala que es la gente, como el mundo es una mierda y todo eso...?, ¿hacerlo te ayudará a sanar o alimentará las emociones tóxicas que el mal evento depositó en ti?

En cambio, puedes replantearte estrategias nuevas de autocuidado, puedes denunciar con las autoridades, puedes publicar un extenso post como este en Facebook para exorcizar de tu mente estos momentos que te podrían envenenar si te aferras a ellos. Haz lo que sea con tal de que efectivamente lo dejes quedarse en el pasado y no lo arrastres a lo largo de tu vida.

Uno como quiera, pero ¿y tu espalda?, ¿cuántas situaciones difíciles le puedes colgar?

¿Cómo reconectar con tus fortalezas personales?, ¿cómo no darle a esa situación más poder del que ya tuvo? Frecuentemente son nuestras elecciones emocionales las que obsequian al evento todavía más poder y relevancia, esas malas elecciones lo preservan en nuestra mente a través de las semanas o de los años... ¿cómo elegir no tatuarte la etiqueta de víctima sobre la definición que haces de ti?

Opciones: para¡!, no pienses tanto en ello, no lo hables impulsivamente y en cada momento para que cualquiera te devuelva el trato que se daría a una víctima. Has cosas distintas, transforma activamente tu experiencia en algo: en un aprendizaje, en una redacción, en una denuncia, en un collage, en una estrategia de seguridad, en una colección de mandalas... convierte tu creatividad en una panacea.

Y hagámoslo juntos, el Llanero Solitario esta muy pasado de moda. No importa qué nos suceda ni cuán malo sea, apoyémonos con nuestra gente y entre nosotros para que no haya evento negativo que nos impida continuar nuestras vidas o que consiga obstruir nuestra tranquilidad y felicidad.

La vida es mucho más que una sola circunstancia, solo se necesita que tu lo creas.

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