El nuevo analfabeta político

A partir del concepto de Bertolt Brecht, podemos decir que el analfabeta político ha evolucionado.

El nuevo analfabeta político descalifica a los que tienen ya elegida su preferencia política, pero al mismo tiempo no ha construido una propia. Se precia de no ser un derechairo o un nacarreado, aunque ella o él mismo no identifica la postura electoral a la que pertenece.

El Analfabeta Político de hoy en día, es obediente y sumiso, fluye con el va y ven mediático, a según de las tendencias y repitiendo en cualquier oportunidad los slogans y frases pegajosas de los actores en el poder, a quienes en secreto admira, pero en lo público rechaza.

En su definición de la realidad social, encuentra en las preferencias políticas un elemento de estratificación, donde un sector de la sociedad queda por arriba de la línea aspiracional, culta, ilustrada, acomodada y gente bien, y por debajo la prole mal educada, ignorante y gandalla, lacra social que no paga sus impuestos y carece de criterio. Ha simplificado su percepción del mundo mediante un dualismo maniqueo donde “ellos” son los malos y “nosotros” somos los muy buenos.

El nuevo analfabeta político tiene en su desarrollo dos fases: una etapa larvaria en la que es carne de cañón político, uniéndose alegremente a la turba enardecida en favor del linchamiento en turno; y ulteriormente una fase adulta, en la que se convierte en materia prima electoral.

Este desarrollo de su participación social, es sospechosamente simultáneo al flujo de las campañas políticas, que dedican los primeros dos tercios de la contienda a enfrentar a la sociedad, y un último tercio a explotar la impulsividad del electorado zombificado que dejó la reflexión de su voto ¿democrático? para el último momento.

No busca, no investiga, no profundiza en la información; asume que las verdades que escucha son universales y confía ciegamente en ellas.

El nuevo analfabeta político no se da cuenta, y tampoco le importa, que ella o él mismo es la unidad mínima del estado corrupto y antidemocrático; cómplice y súbdito imparcial de los parásitos que se nutren con parsimonia de su cómodo analfabetismo.


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Aquí te comparto el texto de Bertolt Brecht acerca del analfabeta político:

"El peor analfabeto es el analfabeto político.
No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos.
No sabe que el costo de la vida, el precio del poroto, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas.
El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política.
No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado, y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales."