Hablemos de suicidio

Robbin Williams, Avicii, Anthony Burdain, Amy Winehouse... y un etcétera que va en aumento de forma perturbadora. El tema asusta, al grado en que preferimos mirarlo como un asunto muy distante, de gente ajena que poca cosa tiene que ver con uno. Pero el mundo se nos derrumba cuando descubrimos que a alguien que es emocionalmente cercano a nosotros, no le faltan para suicidarse ni #13ReasonsWhy.

La muerte asusta, y por eso nos cuesta trabajo hablar del suicidio; pero la vida también puede dar bastante miedo, y por eso algunas personas vuelven este tabú del que rara vez hablamos, en una decisión fatal.

¿Suicidarse es malo?

Pienso que nadie debiera ser condenado a muerte, independientemente de lo que presuntamente haya hecho para merecer ese castigo... pero tal vez, nadie deba tampoco, de ser condenado a la vida. El problema del suicidio es que al consumarse, se termina toda posibilidad de tomar nuevas decisiones, de empeorar o mejorar, de que la vida te sorprenda o siquiera, de permitirnos segundas oportunidades.

Hay para quienes el suicidio es un acto de gran valor; y lo mismo, hay para las y para los que en sus propias circunstancias, resulta una elección de total cobardía.

Sin embargo, es casi invariable que para quienes quedan alrededor de una muerte así, o del simple intento del #PosMeMato, esto represente un dolor probablemente sin ningún sentido ni explicación, con culpa o enojo. Desde cierto enfoque, el suicidio significa un acto de profunda violencia hacia los demás... y por supuesto, también hacia la propia persona.

Ahora, hablemos del tipo de persona que puede volverse suicida en algún momento de su vida. ¿Quieres la neta? Cualquiera de nosotros puede considerar el suicidio como una opción, todo radica en la dificultad de los eventos que estemos enfrentando y del manejo que hagamos de nuestras herramientas emocionales. Eso es lo que más asusta: que no se trata de algo tan lejano, ni tan ajeno.

Solo hace falta un mal día para sumir al hombre mas cuerdo del mundo en la locura, dijo el Joker... así de lejos estamos de donde está él, a solo un mal día.

Personalmente, yo no me considero en la posición de juzgar a nadie por este tipo de decisiones, y tampoco en el papel para impedirlo. Es complicado. Sin embargo, cuando ha sido la ocasión, efectivamente invito a las personas a considerar los factores en torno a esta decisión, al menos para evitarla como un acto impulsivo.

¿Imaginas qué sería dejar un legado de dolor, culpa y resentimiento, Hannah Baker?

Personalmente, creo que si se está considerando terminar con la vida, ¿porqué no planearlo mejor no para morir, sino para inventarse una nueva?, ¿ya qué puedes perder? Si te fastidiaste de una vida de godín oficinista o de empresario workahólico, entonces manda todo a la changada y múdate a una playa virgen a vivir de vender cocos y enseñar surf a los springbreakers en turno.

Dale fin a esta vida y obséquiate una nueva lejos de lo que te oprime y en tus propios términos, sin que le debas nada a nadie. Te garantizo que esta opción puede ser infinitamente más divertida que el dejarte voluntaria e irrevocablemente sin opciones.

Si ocurre que estas pensando en el suicidio, ¿qué tal si antes haces algo último, como viajar a Europa, regalarte un spa o irte de retiro, decir “te amo”, adoptar un perro... hacerte viejo... y ya después te suicidas?, ¿cual es la urgencia?

Abre los ojos. En este momento hay cerca de ti una persona que está convencida o convencido de que se le terminaron las alternativas y que solamente le queda salir de esta vida por la puerta trasera. Tal vez es alguien a quien sus emociones ya le están jugando en contra (#depresión) y perdió por ahora, la capacidad de inventarse soluciones.

A veces se trata de alguien que ha luchado para lograr lo que le habían dicho que garantizaba la felicidad, y al final de tanto esfuerzo, descubrió que nada de eso le daba valor a su vida: no la fama, tampoco la fortuna, ni el reconocimiento social.

La felicidad y el cómo construirla, es un tema que hay que tomarnos bastante en serio. Lo mismo, esos temas de Inteligencia Emocional que a la postre, pueden salvarte la vida a ti, o alguien a quien amas.

No juzgues a los demás: no sabes el calibre de la procesión que esa persona lleva por dentro. Procura no ser tóxico, no responsabilices a las personas que te aman de las emociones que tu alimentaste. Aprende a escuchar, vuélvete un agente sanador en la vida de las personas... todo eso se te rebota positivamente abonando riqueza a tu cuenta de felicidad y Bienestar Emocional.

Odiemos menos y fomentemos más la vida.

Discutamos sobre el suicidio y busquemos con quien hablar de eso, en especial cuando pase que ese tema nos esté rondando la cabeza. En estos tiempos donde la ansiedad y la depresión son pan de todos los días, hay que andarnos con cuidado y de preferencia acompañados.

...recuerda que el silencio mata.

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