Nuestra postura frente al cambio

Cuéntame una cosa, ¿tu crees que la gente puede cambiar? Esta discusión es mucho más vieja que tu y que yo, y que ella o el, todos juntos, porque a lo largo de la historia la filosofía ha tratado de dar una respuesta conclusiva al problema, pero nada más no logramos ponernos de acuerdo.

A los cerebritos que han tratado de contestarla, podemos separarlos en dos equipos: el #TeamParménides y el #TeamHeráclito.

El filósofo Parménides decía que todo en el vasto universo permanece y que cualquier cambio que creamos ver, es sólo aparente. Por supuesto que el afirmaba de paso, que la gente no cambia y que solo nos adaptamos superficialmente a las exigencias de cada situación. Ya sabes, "no hay nada nuevo bajo el sol".

El filósofo Heráclito, por su parte, sostenía que lo único permanente en el universo, es el cambio; y que nunca podrás bañarte en el mismo río, o simplemente bañarte... si vives en la CDMX. El cambio implica un devenir constante de sucesiva transformación y renovación, porque ya sabes “nada se crea ni se destruye...".

El Team Parmenides vive convencido de que tal como han sido las cosas, lo seguirán siendo, y tu reto en la vida es adoptar una postura de aceptación / resignación hacia las circunstancias. El reto intelectual, es identificar la esencia inmanente de todas las cosas y saber sintonizarte con ella.

Del otro lado del mundo, Lao Tse y su Taoísmo podrían declararse Team Parménides.

El Team Heráclito afirma que todo lo que se resiste al cambio está condenado a su extinción, lo que deja a Darwin aportando una bonita teoría de la evolución a la causa. Esta postura te invita a aprovechar el devenir a tu favor y encausar el cambio, que de todos modos ocurrirá, en la dirección que mejor te convenga.

Con estos argumentos, no se trata de descubrir tu esencia secreta, sino definir cómo y en qué quieres transformarte.

Habiendo aclarado las dos posturas, de que lado te declaras: ¿Team Parmenides o Team Heráclito? Sin duda ambas tienen varios puntos a favor y algunos en contra.

Yo pienso que para dedicarme a la psicoterapia y promover el cambio personal, necesito sumarme al Team Heráclito, porque he conocido cientos de personas que canalizaron ese cambio inevitable en la dirección en que ellas o ellos lo hubieron necesitado.

Pero también es cierto que siempre detrás del cambio, hay algo que permanece un poco más, una especie de constante de la que puedes sujetarte para que el devenir de la vida no te meta una arrastrada como mar picado de un mal día en Acapulco. Así que puede ser que ambos, Team Parménides y Team Heráclito tengan su parte de razón.

Solamente voy a señalar un punto en el creo que el  Team Parménides se está volando la barda, y es en el tema de la congruencia. Vamos, ¿de verdad creen que una persona puede permanecer con las mismas creencias y opiniones para toda la vida?, ¿porqué les cuesta tanto trabajo aceptar que las personas cambiamos?

Ok, no necesariamente vamos a cambiar como las y los demás preferirían que lo hiciéramos, o como les convendría que lo hiciéramos, pero cambiamos. Cambiamos de posturas, de creencias, de valores, planes y expectativas, cambiamos de ideología, o de género y también a veces, hasta cambiamos de sexo.

Lo... que... pasa, es que aceptar el cambio es renunciar al control y a esa ilusión de estabilidad contra la que nos previene el Budismo. Cambiar está padre¡!, el cambio es renovación, es soltar; tal vez abrazar oportunidades inesperadas o cambiar tus cartas cuando te ha tocado una mano muy mala para seguir jugando.

Cambiar es saber que esto, independientemente de si es muy bueno o muy malo, llegado el momento también pasará.

No le niegues a nadie la oportunidad de cambiar, ni te lo niegues a ti. Detrás del cambio sobrevive la capacidad que tiene la vida de sorprenderte.