martes, 6 de noviembre de 2018

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La masculinidad tóxica

Levanta la mano si de chiquito te dijeron: "nada más me entero que dejaste que te pegaran en la escuela, y te voy a pegar yo llegando a la casa". Puede que incluso le agregaran: "para que te vayas haciendo hombrecito".

Enseñarle a los niños a hacerse hombres es un tema bien complicado, porque en el proceso suele generarse tal colección de cicatrices, que a veces ni una vida completa alcanza para sanarlas. Por... no mencionar que muchos chavitos terminan identificándose con sus bienintencionados agresores, para transformarse ellos mismos en nuevos agresores cuando encuentran la oportunidad.

Y ¿si notaste la incongruencia principal? o sea, ¿si naciste hombre, porque se habría de pretender enseñarte a ser, lo que de cualquier manera ya naciste siendo? Ok, viene al caso entonces, dejar de hablar del sexo del niño y pasar a la noción de género, que en este caso es "masculino"... y con este tipo de prácticas, "masculinidad" adquiere además la acepción de "tóxica".

viernes, 2 de noviembre de 2018

No temerle al miedo

En estos días de noviembre, hemos jugado a que no le tenemos miedo al miedo, a que no nos estorba para vivir y que es tan natural como la vida misma. Nos disfrazamos de aquello a lo que tememos y sonreímos cuando alguien pretende jugar a atemorizarnos.

Hacemos una tregua con el miedo y le permitimos existir, sin ser un paria entre la diversidad de nuestras emociones.

Pero más allá del juego, la realidad es que así es la vida, y el miedo forma parte de ella.

Cuando jugamos a mirar al miedo de frente y acaso, familiarizarnos un poquito con él desde otra óptica, se nos revela que no constituye un estorbo para vivir, y que es natural, y que además, es muy saludable conectar con nuestros miedos de vez en vez.

No hay psicoterapia que nos vacune del miedo, ni religión o programa de desarrollo humano. Aunque cualquiera de ellos, puede darnos pistas, acerca de cómo dejar de verle como una amenaza.

jueves, 1 de noviembre de 2018

La masculinidad ¿privilegiada?

Hay en la actualidad una gran preocupación por el devenir de la masculinidad, y derivado de los distintos debates que están surgiendo en varios ámbitos, surgen a su vez, distintas posturas que abordan esto, que para algunos es una problemática y para otros es meramente una circunstancia.

Puede llamársele: “la crisis de la masculinidad” …si te interesa incluir esta reflexión en la nota roja de algún periódico sensacionalista.

Hay particularmente dos debates que están sonando muy fuerte allá afuera: uno es el profesional o académico, de personas dedicadas al estudio sociológico, antropológico y psicológico, y que definen esta situación como un momento de transición donde los hombres estamos dándonos permiso de experimentar formas distintas de masculinidad que no necesariamente involucran juegos de poder donde te reafirmas al someter a otras y otros, pero a costa de una permanente represión emocional.

La masculinidad ¿privilegiada?

Hay en la actualidad una gran preocupación por el devenir de la #masculinidad, y derivado de los distintos debates que están surgiendo en varios ámbitos, surgen a su vez, distintas posturas que abordan esto, que para algunos es una problemática y para otros es meramente una circunstancia.

Puede llamársele: "la crisis de la masculinidad" ...si te interesa incluir esta reflexión en la nota roja de algún periódico sensacionalista.

Hay particularmente dos debates que están sonando muy fuerte allá afuera: uno es el profesional o académico, de personas dedicadas al estudio sociológico, antropológico y psicológico, y que definen esta situación como un momento de transición donde los hombres estamos dándonos permiso de experimentar formas distintas de masculinidad que no necesariamente involucran juegos de poder donde te reafirmas al someter a otras y otros, pero a costa de una permanente represión emocional.

Otro es el debate religioso montado sobre dogmas sin contexto, que defiende una masculinidad muy limitante y a costa de los propios hombres, donde nosotros afrontamos la obligación de salir adelante solos y sin dar o recibir apoyo de otros hombres, debemos ser impositivos, desconectados de nuestras emociones y estoicos. Hoy que muchos hombres estamos gritando "ni madres¡!", la iglesia y sus groopies se rasgan las vestiduras etiquetando a esto como una "crisis de la masculinidad".