¿Es peligroso el Pensamiento Positivo?

Ultimamente he encontrado que en redes sociales y algunos blog, se alerta a la población en contra del llamado Pensamiento Positivo, advirtiendo de los peligros de pretender buscar la felicidad. Como si en el peor de los casos posibles, no quiera dios, acabáramos cayendo en el denigrante escenario de ser felices.

Está bien, no ignoro que hoy se nos ofrece la felicidad como un producto de suscripción al estilo de marcas como Netflix, Amazon y su extensa oferta de chacharitas, o Apple y el iPhone más reciente o así; y que al adquirir, efectivamente te descubrirás como una persona más feliz. Me queda claro que con tanta falacia publicitaria, uno se vuelve escéptico hacia la felicidad... pero, si sabemos que no se trata de eso, ¿correcto?

O más o menos. La adquisición de un producto o servicio que está sintonizado con nuestros valores mundanos, efectivamente nos provee una forma de felicidad que es superficial y efímera, pero es felicidad a fin de cuentas... aunque sea de carácter bastante menor. Digamos que en el bufete de la felicidad, este gozo por nuestras adquisiciones materiales es apenas un snack. Y ya sabemos que tu dieta no puede basarse simplemente en snacks.


El Pensamiento Positivo es una teoría que viene de gente que se ha puesto a estudiar el antiguo estoicismo griego, una corriente filosófica que entre otras máximas, sostenía aquella que dice "no son las cosas que te pasan lo que te afecta, sino lo que tú piensas acerca de las cosas que te pasan". Es decir, incluso en la peor de las catástrofes, tus pensamientos pueden ayudar a que construyas resiliencia, o a que amplifiques el daño que las circunstancias te han ocasionado. Incluso si no te envuelve una catástrofe, tus pensamientos igualmente pueden hacerte un daño gratuito.

Lo mismo, si en tu vida no está pasando nada interesante, tus pensamientos pueden transformar tu existencia algo muy estimulante.

El estoicismo es mucho más que solamente esta premisa, pero para aterrizarlo en el mundo actual, ha venido bien que algunas universidades como la de Yale, hayan construido un encuadre teórico que hoy compone lo que se conoce como las Ciencias del Bienestar, que básicamente investigan de manera formal y con modelos científicos, el modo más exitoso y duradero mediante el que las personas podemos construir la felicidad.

¿Conoces la Plegaria de la Serenidad? Eso es estoicismo al 100%

El argumento principal de los detractores del pensamiento positivo, consiste en que sonreír no basta para ser felices, y que también hay otras emociones que vale la pena alimentar para tener una experiencia completa de la vida. También dicen que es baladí el imponer la supuesta obligación de ser felices.

Puede ser que no se hayan informado correctamente, o que la información correcta no sea de interés para el contexto de su crítica, porque si bien sonreír efectivamente activa mecanismos neurológicos para la gestión de las emociones que tienen que ver con tu corteza prefrontal y por eso es bueno hacer un poco de gimnasia facial frente al espejo de vez en cuando… el pensamiento positivo no proscribe las emociones que no sean "positivas" ni convence a nadie de que sienta la obligación de ser feliz.

La premisa básica es esta: si tú te habitúas a construir felicidad cotidiana, tendrás mejores recursos para afrontar los avatares de la vida y podrás sobreponerte más fácil. Si es verdad lo que se dice respecto a que la tristeza es necesaria, pero el sufrimiento es una (mala) elección, entonces alguien feliz puede entristecerse y aprender en su tristeza… conversar con ella sin someterse al peso de su emoción; puede sentir miedo y abordar su miedo de manera constructiva… o su enojo, sin la necesidad de caer en la ira, la ansiedad, la depresión, o enfermar por el estrés.

Ahora bien, si la persona que te habla de pensamiento positivo, además te menciona que ella o el es un experto en paz interior y armonía espiritual, te vende un padrísimo curso de reiki, o te propone la limpieza de tu cochambrosa aura y te recuerda que eres un ser de luz en su viaje kármico hacia la eternidad, entonces puede que esa persona no tenga la más remota idea de lo que está diciendo, o bien te está hablando de algo bastante distinto, y su noción de Pensamiento Positivo implique sólo auto convencerte mediante chaquetas mentales, de que la vida es justa, perfecta y basta con pedirle al Señor Universo para activar las Leyes de la Atracción.

También tu, que le andas haciendo caso a cualquiera...

Algo interesante que puedes hacer para saber más acerca del Pensamiento Positivo por una buena fuente, para que no te digan, para que no te cuenten, es inscribirte gratis mediante la plataforma de Coursera al curso onLine de la universidad de Yale que se llama "The Science of Well - Being". Te garantizo que encontrarás interesante este, que es uno de los cursos más populares entre los estudiantes de dicha universidad.

¿Es verdad que los partidarios del Pensamiento Positivo sostienen que tenemos la obligación de ser felices? Pues... algo hay de eso. ¿Cómo andas de tu responsabilidad social?

Todos alguna vez, hemos terminado estresadas o estresados por convivir con personas estresadas, ¿no es así?; la ansiedad también se contagia, y lamentablemente la depresión también. Esto no necesita mayor explicación, porque sabemos que desde la risa o un bostezo, hasta la actitud hacia la vida, pueden ser contagiosos… y la felicidad también. Trabajar cotidianamente en tu propia felicidad, implica en la práctica, tener una presencia sanadora para las personas que conviven estrechamente contigo. Ya tu dirás entonces, si miras la felicidad como una responsabilidad.

Hay mucho qué comentar acerca del Pensamiento Positivo, pero para señalar un punto de partida bastante obvio, empecemos poniendo más atención al tipo de pensamientos que alimenta nuestras emociones: ¿hacia dónde te llevan?, ¿les dedicas mucha energía, pero concluyen en algo?, ¿construyen o destruyen?, ¿las cosas que te dices a ti, se las dirías a alguien más?

De ahí, te recomiendo seguirte por tres caminos de exploración con los que Google puede echarte la mano: mindfulness (la consciencia de dónde colocas tu atención), kindfulness (la consciencia del cómo te vinculas con otras personas), y greatfulness (la constante consciencia de cuanto hay positivo en tu vida). De elegir explorar estos territorios, lo único que podrías perder... es esa ansiedad rancia que no se porqué andas cargando para todos lados.

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