3 rutas a la felicidad

Cuando uno escribe algún texto acerca de esto, siempre es tentador comenzar con un planteamiento al estilo de "La Felicidad, ¿meta o mito?", porque se ha dicho tanto sobre la felicidad, que a la postre ya nadie parece estar seguro de lo que estamos hablando.

Ciertamente, cada persona va construyendo su propia noción de lo que le significa ser feliz, y del mismo modo, cada sociedad proporciona algunas generalidades para que ahí, mas o menos, todos hablemos aproximadamente de lo mismo.

La felicidad es un estado emocional de bienestar que en esencia, se diferencia mucho de la ansiedad o del miedo, y probablemente la podemos explicar como una sensación de sintonía con nuestro entorno inmediato. Es un mito que dependa plenamente de nosotros, dado que más o menos un 50% de nuestra posibilidad de ser felices viene ya determinada por nuestra herencia genética y un 10% extra, depende directamente de factores ambientales y circunstanciales... así que nos queda aproximadamente un 40% dentro del que podemos hacernos cargo de construir felicidad mediante nuestras decisiones diarias.

La felicidad es una meta posible, dado que no depende más de un 10% del lugar donde vives y tus condiciones de vida, realmente no influyen demasiado el dinero que tengas, tu salud o tu tipo de trabajo; pero como te digo, influyen más tus decisiones diarias, por eso es un mito el que no se pueda enseñar a nadie a ser feliz. Claro que puede ser enseñado y claro que podemos aprender a tomar mejores decisiones cotidianas para consolidar nuestra felicidad, por eso desde hace años, la Universidad de Yale imparte una cátedra acerca del "Science of Well - Being".

De nuevo, es un mito que ser felices significaría estarnos riendo todo el tiempo: la felicidad no equivale a estar contentos, a sentir euforia, a ponernos maniacos o evadirnos de la realidad, esos son otras experiencias emocionales, y algunas ni siquiera son saludables. No es un producto de mercadeo que pueda venderte una tienda de moda o una farmacéutica, no viene con papas y refresco grandes, y definitivamente, no puedes adquirirla prefabricada y no es opción que te la envuelvan para regalo o bien, te la lleves puesta.

¿Tienes ya una idea de lo que es la felicidad para ti?

Tomando precisamente de la cátedra sobre bienestar de la Universidad de Yale, podemos aprender que existen tres caminos para consolidar la felicidad, uno es la experiencia placentera de la vida y los distintos aspectos de ella, otro es la experiencia comprometida, y un tercero es la experiencia con significado:

  • Construir una experiencia placentera (Pleasant Life) incluye las decisiones que tomas en dirección a disfrutar la vida y tener una experiencia placentera de ella, detenerte a saborear el momento, centrar tu atención en lo que está bien y es grato, y detenerte a agradecer las ganancias en ligar de sumergirte en las carencias.
  • Construir una experiencia comprometida (Commitment Life) implica tomar las decisiones necesarias para vivir una vida satisfactoria en la que capitalizas tus habilidades y explotas todas tus potencialidades, es un estilo de vida mediante el que te sientes útil, eficiente y no generas deudas contigo; una vida creativa de excelencia.
  • Construir una experiencia con significado (Meaningful Life) finalmente, es buscar trascender más allá de tu micro espacio: realizar actos altruistas, generar cambios positivos a tu alrededor y devolver al mundo parte de lo que has recibido y que te ha permitido ser quien eres al día de hoy.

Dado que para ser felices no existen atajos, no basta con que recorras uno de estos caminos para lograr felicidad plena, es menester recorrer las tres experiencias continuamente, porque el bienestar emocional demanda un trabajo de mantenimiento constante, y cuando te abandonas, la felicidad se deteriora y da cabida a otros estados emocionales menos constructivos, como la ansiedad o la depresión.

Ahora que, es una realidad que todos encontramos la felicidad en diferentes cosas... no, me estoy confundiendo: todos construimos del mismo modo la felicidad, si bien las decisiones que tomamos para ser felices, las dirigimos hacia diferentes cosas. A mi me gustan los chocolates, por ejemplo.

Cuando yo me como un chocolate, estoy construyendo una experiencia placentera, pero cuando me inscribo a un curso de alta cocina centrada en el chocolate, construyo además una experiencia comprometida que me hace aún más feliz. Si además, porque soy fanático del chocolate, me pongo a difundir la cultura prehispánica del chocolate, porque creo que al mundo le hace falta valorar más al chocolate como un factor de enriquecimiento antropológico, entonces hago de mi gusto una experiencia con significado.

Susanita soñaba desde niña con su matrimonio, y cuando logró el objetivo con alguien que valoraba el matrimonio tanto como ella, obtuvo una experiencia muy placentera. Pero no les bastó con eso porque querían ser aún más felices, así que constantemente realizaron proyectos que les ayudaron a tener una mejor relación, como comprar una casa, poner algún negocio, tener un hijo... y como ella y su esposo querían ser todavía más felices, entonces salieron a dar charlas de estrategias maritales a otras parejas novatas y de ese modo convirtieron el placer de su relación en una experiencia con un gran significado.

José en cambio, no ha sabido tomar las decisiones adecuadas para ser feliz en su trabajo, porque el tiempo en el que la nueva chamba lo estimulaba ya había terminado, llevándose consigo la experiencia placentera del trabajo nuevo. No ha sabido comprometerse con lo que hace en este nuevo puesto, así que hace tiempo que él no es feliz, y además realiza tareas que no significan nada para el.

José tiene alguna de entre dos opciones, o de trabajo y volver a estar en la misma circunstancia cuando su próxima chamba deje de ser una experiencia placentera para el, o bien, quedarse donde está y cultivar decisiones que le lleven a sentirse más comprometido: tal vez ponerse retos personales en este contexto profesional, o mediante su creatividad, buscar maneras distintas de hacer lo mismo de siempre. Igual podría buscar el modo de hacer su labor más relevante, quizá haciendo propuestas innovadoras para modificar la forma en que funciona la empresa, o conectando con el modo en que la empresa en la que trabaja hace una diferencia en su entorno inmediato. Sentirse orgulloso del lugar en el que trabaja puede hacer que su trabajo aburrido se vuelva una experiencia con significado.

¿Cuál o cuáles de estos caminos hacia la felicidad, recorres con mayor frecuencia?

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