Inocencia e Ingenuidad

Peligrosamente, hoy confundimos inocencia con ingenuidad. La inocencia no es eso que han perdido los niños de hoy, ni es lo que machacan los años al irte haciendo mayor.

La inocencia tiene algo importante que ver con nuestra capacidad de sorprendernos, con la esperanza que no desfallece y con la fe, sin duda. Alguien inocente sabe aguardar con curiosidad a que la vida suceda, pero conforme la inocencia muere, nos vamos intoxicando de conjeturas y premisas catastrofistas.

La ingenuidad, en cambio, nos provoca ceguera parcial, intoxica nuestra toma de decisiones y causa amnesia convenientemente selectiva. Es una zona de confort arriesgada, donde nos convencemos de las verdades a medias que peor funcionan, y nos envuelve... y nos atrapa... y de la que se nos olvida que siempre tenemos la alternativa de salir.

Creer en lo imposible alimenta la inocencia, sin importar la edad que se tenga. Y solamente quienes creen en lo imposible pueden realizar cosas imposibles. Feliz día de los Inocentes para todos y para todas!!